Industria cosmética colombiana crece con fórmulas propias, talento femenino y enfoque responsable

En el mundo de la belleza, donde las tendencias cambian al ritmo de las redes sociales y los consumidores buscan más que un envase atractivo, Colombia comienza a perfilarse como algo más que un país proveedor. Ya no se trata solo de maquilar, se trata de crear, de transformar y de competir con innovación desde el corazón de América Latina.En medio de una reconfiguración global del mercado cosmético, donde muchas marcas replantean su dependencia de otros continentes por costos logísticos, tiempos de entrega y barreras culturales, el país ha sabido aprovechar su ubicación estratégica, talento local y creatividad para convertirse en un centro de fabricación con valor agregado.Uno de los motores de esta transformación es Laboratorio IH, una empresa que ha roto el molde tradicional. Más que producir en serie, el laboratorio colombiano se ha convertido en socio de marcas emergentes y consolidadas que buscan desarrollar fórmulas únicas, sostenibles y adaptadas a los gustos del consumidor latinoamericano. Con más de 2.000 fórmulas creadas y una capacidad de producción que ya alcanza las 1.000 toneladas mensuales, su impacto va más allá de las cifras.“Hoy la industria no solo exige velocidad y calidad. Exige propósito. Nosotros trabajamos con marcas que quieren dejar huella”, explicó Ana Catalina Echeverri, cofundadora y directora comercial de la empresa. Más allá de la rentabilidad, su modelo apuesta por la inclusión y la sostenibilidad. Dos tercios de su junta directiva está compuesta por mujeres, genera más de 600 empleos y ofrece oportunidades a madres cabeza de hogar, adultos mayores y jóvenes sin experiencia laboral. Además, sus productos son cruelty-free y muchos de ellos combinan ingredientes ancestrales colombianos con biotecnología, una mezcla de tradición y ciencia que responde a los nuevos códigos del consumo responsable.Las marcas que antes miraban a China para producir sus cosméticos hoy encuentran en Colombia no solo una opción más rápida y cercana, sino también más humana. Mientras el país gana protagonismo como hub regional, las fábricas como Laboratorio IH se convierten en incubadoras de sueños.