Bajo la alianza de la campaña de responsabilidad social y ambiental de El Espectador, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Unión Europea (UE) e Isagen, este miércoles se llevaron a cabo los Premios Bibo 2022 para reconocer los proyectos que tienen las mejores prácticas ambientales del país.
En la primera categoría, catalogada como ‘Naturaleza en positivo’, el ganador fue el proyecto Cerrejón, el cual está enfocado en la restauración y conservación del bosque seco tropical en La Guajira, a través de una red de viveros comunitarios y la siembra de árboles nativos.
“En nuestro proyecto hemos incorporado los saberes ancestrales de las comunidades vecinas. Tenemos el compromiso de crear la red de viveros más grande de La Guajira, de seguir contribuyendo al desarrollo sostenible del país y de seguir generando empleo de calidad”, expresó Lorena Álvarez, superintendente de sostenibilidad ambiental para Cerrejón.
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Por otro lado, la iniciativa ISA Interconexión Eléctrica se llevó el primer puesto en la segunda categoría, ‘Apuesta por un hábitat sostenible y sano’, y lo que ellos hacen es buscar acciones para mitigar los efectos del cambio climático, la conservación de la biodiversidad asociada al jaguar y el desarrollo de comunidades rurales a través del apoyo técnico y financiero.
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“Aumentar las especies que ayudamos a proteger, las fuentes hídricas, proteger esa especie icónica que es el jaguar. Hoy en día tenemos una meta de alcanzar un millón de hectáreas de bosques protegidos ya vamos en 828.000 hectáreas”, indicó Juliana Suso, vicepresidenta de relaciones institucionales y sostenibilidad de ISA.
Y en la categoría número tres, ‘Protegiendo los corredores hídricos’, fue la Universidad del Norte de Barranquilla la galardonada. Su enfoque, evaluar el desempeño del bio-prototipo diseñado para el tratamiento sostenible de aguas domésticas grises (agua residual de los hogares) en zonas rurales.
“Seguir, escalar nuestro proyecto, llevarlo a ese beneficio, a la sociedad, que se necesita porque normalmente uno trabaja siempre en ciudades, ríos y proyectos muy grandes, pero no proyectos pequeños que toquen las fibras de la comunidad”, manifestó Carlos Pacheco, profesor del departamento de ingeniería civil ambiental.
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El objetivo común de las tres mejores prácticas ambientales del país es seguir creando y fortaleciendo acciones que mitiguen los efectos del cambio climático y, además, reconocer la estrecha relación que hay entre salud ambiental y salud humana.
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