Conectividad: el cuello de botella que frena la transformación digital en Colombia
Un segundo de retraso en la carga de una aplicación puede reducir un 16 % la satisfacción del cliente y desplomar las conversiones.
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Para el sector empresarial global, la caída de servidores dejó de ser un incidente técnico para convertirse en una crisis financiera. Según un análisis de IBM, el 98 % de las organizaciones reporta que una sola hora de inactividad cuesta más de 100.000 dólares, mientras que un tercio de las compañías admite pérdidas superiores al millón de dólares cuando sus sistemas quedan fuera de servicio.
A las puertas de 2026, la adopción de inteligencia artificial, la nube y el Internet de las Cosas (IoT) dependen directamente de la estabilidad de la red. En Colombia, esta realidad es crítica: enlaces saturados y redes mal dimensionadas se han convertido en el principal obstáculo para la competitividad de pymes e industrias.
Fernando Maturana, gerente general de Gtd Colombia, explica que la latencia ya no es un término exclusivo para el mundo de los videojuegos. "Es un indicador operativo. Esos milisegundos marcan la diferencia entre un proceso fluido y un fallo costoso", asegura el directivo, enfatizando que en sectores como la telemedicina o las fintech, la baja latencia es un requisito mínimo de supervivencia.
Maturana sostiene que el problema de fondo es la gestión de la infraestructura. El ejecutivo señala que muchas empresas administran su conectividad como una factura más de servicios públicos, ignorando que se trata de un activo estratégico. Cuando el proveedor no ofrece un servicio dedicado, aparecen microcortes que deterioran la operación sin dejar registro inmediato.
La diferencia entre el éxito y el estancamiento digital radica en la arquitectura de red. Mientras las empresas con fibra óptica y gestión inteligente aprovechan las nuevas herramientas, aquellas con conexiones de "mejor esfuerzo" (best effort) acumulan sobrecostes y frustración técnica.
"En muchos proyectos el punto de inflexión llega cuando el cliente pone en la mesa cuánto le cuesta una hora parado", afirma el gerente de Gtd Colombia. Según Maturana, una conexión dedicada con soporte constante no es un lujo, sino un seguro contra pérdidas que muchas veces ni siquiera se cuantifican. El reto para 2026 será integrar la conectividad en las políticas de gestión de riesgos, entendiendo que un fallo de red hoy compromete desde la atención al cliente hasta la cadena de suministro.