Solo el 23 % de hospitales en Latam tiene digitalización básica, ¿qué falla?
La digitalización en hospitales de América Latina avanza lentamente: solo el 23 % tiene funciones básicas, frenadas por resistencia interna y falta de estrategia.
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La transformación digital se ha convertido en uno de los pilares para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de salud en el mundo. Sin embargo, en América Latina el avance sigue siendo lento y desigual.
De acuerdo con cifras del Observatorio de Desarrollo Digital de las Naciones Unidas, apenas el 23 % de los hospitales de la región cuenta con funcionalidades digitales básicas, una proporción que evidencia una brecha profunda frente a las necesidades actuales de pacientes e instituciones.
Aunque algunos servicios han comenzado a migrar a entornos virtuales, el panorama sigue siendo limitado. Cerca del 49 % de las instituciones de salud ofrece agendamiento en línea y el 45 % permite consultar resultados de exámenes por medios digitales. No obstante, estas cifras no se traducen necesariamente en una transformación estructural. En muchos casos, la tecnología se implementa de manera fragmentada y sin una estrategia clara, lo que impide que genere valor real en la operación diaria.
Para Robert Parada, CEO de COCO Tecnologías, empresa healthtech que acompaña procesos de digitalización en clínicas y hospitales de varios países de la región, el problema no es la falta de soluciones tecnológicas en el mercado. “El verdadero reto está en la capacidad de las organizaciones para integrar estas herramientas en la ruta de atención y en la forma como los equipos asumen el cambio”, señala.
Según el directivo, persiste una fuerte resistencia cultural dentro de las instituciones de salud. Muchos profesionales continúan aferrados a procesos manuales y esquemas tradicionales, bajo la percepción de que ofrecen mayor control o rapidez. A esto se suman estructuras internas rígidas, protocolos poco flexibles y el temor de que la tecnología represente más trabajo, sobrecostos o resultados inciertos. El escepticismo frente al retorno de la inversión termina frenando decisiones clave.
Cuando la digitalización se introduce sin una metodología definida, los efectos pueden ser contraproducentes. Duplicidad de tareas, reprocesos, agendas desorganizadas y sobrecarga operativa son algunos de los problemas que surgen. Esto no solo afecta la productividad y los costos administrativos, sino que también puede poner en riesgo la experiencia y la seguridad del paciente.
No obstante, la experiencia muestra que la resistencia disminuye cuando el personal percibe beneficios concretos en el corto plazo. Menos trámites repetidos, mejor organización de las agendas y reducción de la carga administrativa suelen marcar la diferencia. En ese sentido, el éxito de la digitalización depende menos del software y más de la gestión del cambio, del acompañamiento y de la comunicación interna.
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COCO Tecnologías, por ejemplo, ha desarrollado un enfoque basado en interoperabilidad, capacitación continua e inteligencia artificial. Su plataforma se integra a los sistemas existentes para evitar fricciones, mientras que los procesos de formación práctica y el soporte permanente buscan facilitar la adopción y generar confianza en los equipos.
“La clave está en explicar claramente el propósito del cambio y cómo impacta positivamente al paciente. Sin empatía, comunicación y soporte constante, cualquier intento de digitalización está condenado a quedarse a medias”, concluye Parada. La cifra del 23 % deja claro que el reto no es menor y que el camino hacia una salud verdaderamente digital en Latinoamérica aún tiene varios obstáculos por superar.