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Para ser experto en eutanasia hay que amar: Gustavo Quintana

Este viernes 1 de mayo En Blanco y Negro abordamos el tema de la eutanasia a propósito del reciente establecimiento de su protocolo de ejecución por...

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parte del Ministerio de Salud. El doctor Gustavo Quintana, quien ha aplicado la eutanasia en Colombia desde hace 32 años, analiza el tema y da su punto de vista como profesional de la salud.

 

“Uno se vuelve experto en eutanasia amando, no hay forma de aprenderlo en una Facultad de Medicina, pues para hacer una eutanasia hay que adentrarse en el alma del paciente, que al final de su vida sabe que en un momento va a fallecer y entiende que el dolor que le genera su cuerpo y el que él generará en sus familiares no tiene porqué prolongarse porque no vale la pena”, indicó.

 

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Aseguró también que cuando los médicos envían a su hogar a un paciente moribundo es “como si se expidiera una condena de muerte, pues los mandamos a la casa y muchas veces no sabemos a qué”.

 

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“Esto ha hecho que muchísimas personas se pregunten ‘¿qué hago viviendo si no me queda otra cosa que esperar mi muerte?’. Entonces, el que un paciente sea desahuciado, se aísle en su casa a esperar la muerte, ya es la una razón más que suficiente para que como médico pueda entender que cuando me dicen ‘ayúdame a terminar’ tiene toda la razón para pedírmelo”, añadió.

 

En 32 años de carrera, el doctor Quintana ha aplicado cerca de 200 eutanasias, lo que da una razón de peso para que su opinión valga con respecto a la situación actual de la aplicación de este método en Colombia, pues afirma que “la relación entre paciente y médico siempre ha estado basada por el secreto profesional al que estamos obligados los médicos, es decir que nunca revelamos la enfermedad que padezca un paciente. Entonces, una persona que llega al final de su vida y en ese momento debe deshacerse de la privacidad de las cosas que son significativas dentro de su salud, es donde pienso que se interfiere con ese derecho que todos los seres humanos tenemos: guardar en secreto las cosas que tienen que ver con nuestra propia vida. Ahora, cuando una persona piensa que lo que le queda por vivir es, simplemente, esperar su muerte, ese hecho constituye algo que en este medio se debe guardar en el más estricto secreto”.

 

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“Nadie quisiera publicitar que quiere morir por eutanasia, nunca vas a encontrar que quiera hablar de eso pues nadie quiere hablar de la muerte, nadie quiere llegar alá. Entonces, ando detrás de que se aprueba como derecho universal que cada ser tenga el más sagrado derecho de elegir su forma de morir”, finalizó.

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