Pese a los esfuerzos de los médicos, el estado de salud de Miguel Ángel Vargas, de 20 años, sigue siendo crítico.
Su sueño de estar en el ring de boxeo se vio truncado por la violencia, hace varios días hombres desconocidos lo golpearan sin piedad por cruzar una supuesta frontera invisible en Bello.
“A él se le olvidó que es boxeador, no sabe qué está en Medellín, no recuerda haber llegado a la ciudad, él tiene los recuerdos más viejos. Ahora vendría la reconstrucción de cráneo y las cirugías de los huesos de la cara, eso es lo que han dicho los médicos”, comenta su padre, Jhon Edward Vargas.
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Miguel Ángel se había convertido en la esperanza de decenas de niños que atropellados por la violencia y la drogadicción, encontraron en este deporte una forma de vida. Sus compañeros de entrenamiento destacan su espíritu de servicio, pues de forma humilde organizó semilleros para enseñar el boxeo a pequeños y jóvenes.
El padre de Miguel y su familia no se cansan de pedir celeridad en las investigaciones, pues aún no han capturado a los responsables del hecho, que tiene indignados a los habitantes de la zona.
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