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Aglomeraciones, consumo de drogas y sicariato: el lado oscuro de la rumba en Bogotá

Las autoridades en Bogotá han reforzado el control en las afueras de universidades y zonas de rumba como Galerías, Teusaquillo, la Zona T y Chapinero.

368523_Bogotá // Foto: Archivo Alcaldía de Bogotá
Bogotá // Foto: Archivo Alcaldía de Bogotá

Un nuevo caso estremece a la escena de la rumba nocturna y de las fiestas clandestinas en la ciudad de Bogotá, tras el asesinato de un joven DJ en la localidad de Santa Fe, centro de la ciudad. Los hechos se presentaron sobre las 5:00 de la mañana de este miércoles, 15 de febrero, cuando Juan David Zorro, un hombre de 35 años, fue abordado por sujetos armados que le dispararon varias veces en la cara. Juan David era conocido como 'David Fox’.

“Es un hecho que se nos presentó sobre la carrera 16a con calle 23, sector del barrio Santa Fe, una persona que sale de un establecimiento comercial, más o menos alrededor de las 4:30 de la mañana, es ultimado al parecer con arma de fuego. Estamos por confirmar si se trata de algún tema de ajuste de cuentas o alguna otra situación personal por parte de la víctima”, dijo el comandante de la estación de Policía de Mártires, mayor Diego Urrea Rozo.

Este caso se suma al auge de fiestas sin permisos ni controles que cada vez están más presentes en Bogotá, como en la que fallecieron el pasado fin de semana Miguel Rodríguez y Arles Ardila, en el evento de música electrónica llamado Fetich in Wonderland, que se realizó en el bar Studio 64, en la localidad de Chapinero.

En los dos casos, las personas que acompañaron a los jóvenes que perdieron la vida aseguran que una gran parte del problema radicó en la mala organización, ya que, según denunciaron, en el bar no había espacio suficiente, se superó el aforo, no había acceso a un mínimo de agua potable y se dio el consumo de drogas.

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“No hay que decir mentiras, en estas fiestas las personas van, consumen algunas sustancias y cuando se consume se tiene que estar hidratando constantemente. Que se acabe el agua es algo muy grave que pone en peligro a muchas personas”, aseguró a Blu Radio un joven que asiste a estas fiestas electrónicas.

Este joven afirmó que este tipo de fiestas, por lo general, se realizan en locaciones que no son adecuadas y, además, sobrevenden los eventos.

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Una de las asistentes a la fiesta en el bar Studio 64 el pasado 11 de febrero narró: “Estaba demasiado lleno, no había ventilación. No había baños, el agua costaba 10.000 pesos”.

Las autoridades en Bogotá han reforzado el control en las afueras de universidades y zonas de rumba como Galerías, Teusaquillo, la Zona T y Chapinero.

Estos operativos se concentran especialmente frente a incautaciones de cocaína rosada o Tusi, que ha llegado a ser fabricada artesanalmente, utilizando ansiolíticos, medicamentos vasodilatadores y hasta sedantes para animales.

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