Policía anuncia controles en las rumbas del oriente de Cali

Ocupando calles, sacando comida, trago y grandes equipos de sonido para bailar hasta el amanecer, distintos sectores del oriente de Cali se convierten en enormes pistas de baile durante las fiestas de fin y comienzo de año.Estas verbenas, o bailes populares, alcanzan a reunir entre 3.000 y 10.000 personas entre las 9:00 de la noche del 31 de diciembre y las 12:00 del mediodía del 1 de enero.Lea también: ¡Rumbee seguro! Este es el plan de seguridad con el que se cuidará la Feria de Cali Según los habitantes de los distintos barrios del Distrito de Aguablanca, estas reuniones se hacen con el fin de integrar a las familias. Sin embargo, en los últimos años, han finalizado en enormes batallas campales y hasta tragedias. Ante esto, la Policía Metropolitana de Cali designó un grupo especial que vigilará las reuniones rumberas desde muy tempranas horas del día. “Se tendrá un dispositivo de seguridad en ladera y en el barrio Ulpiano Lloreda con 175 uniformados en la mañana y 200 más en la tarde – noche”, dijo Oscar Lamprea, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cali.Los uniformados en tierra contarán con el acompañamiento del helicóptero Bell 407 de la Policía más conocido como el ‘Halcón de los Cielos’, con el que buscan evitar riñas y desmanes en este sector de la ciudad.Le puede interesar: Diferencias entre Chao Racismo y Alcaldía de Cali por plan de seguridad para fin de año Sin embargo, para Ray Charrupí, vocero del colectivo ‘Chao Racismo’, la medida se queda corta y asegura que las autoridades, al enfocarse solamente en el barrio Ulpiano Lloreda, descuidarían otras cuatro rumbas más.“El número de policías es insuficiente para atender la cantidad de personas. Faltaron planes sociales”, indicó Charrupí.Según el vocero del colectivo, se propuso un plan para reunir a todos los fiesteros en un solo sitio y acompañamiento con el Halcón de la Policía con un volanteo previo.

Policía anuncia controles en las rumbas del oriente de Cali

Estos eventos, que ya son tradición en el Distrito de Aguablanca, en ocasiones, se convierten en focos de riñas y desórdenes.

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