El teatro Corfescu cerrará sus puertas al público por falta de apoyo de las autoridades, así como de participación de la ciudadanía en eventos culturales y artísticos.
“Bucaramanga no ha sido una ciudad consentidores con el tema cultural. Es la primera vez que la ciudad tiene una sala de teatro programada de manera permanente y era un proyecto cultural con un objetivo, una filosofía de formación de público y parece que nos quedó grande”, señaló Sandra Barrera, directora de Corfescu.
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La directora también aseguró que es difícil garantizar la presencia del público en todos los eventos.
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“Es difícil lograr que la gente entienda que debe pagar una entrada, que haya una asistencia permanente a la sala y que los espectáculos se puedan pagar por sí solos. Esto deja unas falencias económicas y en el presupuesto de sostenimiento de la sala. Nos toca buscar alternativas por fuera para costear los gastos. El sostenimiento de los gastos administrativos de una sala de teatro va más allá del arriendo”, aseguró Barrera.
Finalmente concluyó a esto se suma la falta de apoyo de los entes municipales, departamentales y de Ministerio de Cultura que no tienen políticas claras frente al tema de salas de teatro.
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“Siendo una ciudad intermedia, Bucaramanga tiene una sola sala funcionando. Por ejemplo el Ministerio de Cultura tiene un programa de ‘Salas Concertadas’ que nos dio 23 millones de pesos para todo el 2016 y con ese presupuesto no se pueden cubrir costos ni representa una ayuda importante”, añadió.
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Por último, aseguró que faltó compromiso de muchas empresas privadas para que el un proyecto cultural ambicioso funcione en la ciudad.
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