convertida su voz en la leyenda de la salsa de todos los tiempos.
Celia creció con el ritmo de la salsa en las venas y su voz escaló rápido, hasta ser la cantante de la histórica Sonora Matancera. Con esa orquesta salió por un contrato en 1960 y nunca pudo regresar a Cuba, el cielo que siempre quiso volver a ver hasta que un cáncer apagó su garganta.