En un contexto donde las tensiones comerciales entre Estados Unidos y México se intensifican, la reciente promesa del presidente Donald Trump de implementar aranceles del 25 % sobre productos provenientes de México y Canadá ha puesto en alerta a ambos países y al mundo.
Para comprender las repercusiones de estas medidas, es crucial analizar las implicaciones económicas que esto podría conllevar, no solo para los productores y exportadores, sino también para los consumidores, cuya carga podría incrementar ante el aumento de precios.
Kenneth Smith Real, quien sirvió como jefe negociador del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), habló al respecto en Mañanas Blu con Camila Zuluaga. Según comentó, la única justificación válida para incrementar aranceles debe basarse en investigación por prácticas desleales.
Sin embargo, en este caso, el simple incremento de los aranceles es arbitrario y podría violar el acuerdo de libre comercio vigente entre los países.
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"El interior de la región de América del Norte, nunca habíamos visto esta imposición de aranceles a este nivel. En 2018, Estados Unidos, bajo argumentos espurios de seguridad nacional, incrementó los aranceles para productos de acero y aluminio. Sí causó por supuesto un incremento en el precio de estos productos en Estados Unidos, que son esenciales para toda la cadena de manufactura, para la construcción e impuso esos aranceles a todo el mundo. México impuso represarías en ese momento por casi 1.000 de dólares y eso forzó a que Estados Unidos se sentara con México y Canadá para negociar exclusiones de esos aranceles", explicó.
Credibilidad del comercio internacional
Otro aspecto importante que mencionó Smith es la percepción de Estados Unidos como socio comercial confiable. Este tipo de acciones, dijo, podrían “herir la credibilidad de EE. UU.” en las relaciones comerciales a nivel global.
Advirtiendo a otros países que considerarían acuerdos económicos con EE. UU. sobre los riesgos asociados a las políticas comerciales inconsistentes de la administración de Trump.
“Otro tema muy fuerte es que Estados Unidos es el principal socio comercial de México y viceversa. Somos el principal exportador de este país. Es nuestro principal socio comercial. Canadá es el socio número dos de EEUU. Entonces, toda esta animadversión que tiene Estados Unidos en este momento hacia sus dos principales socios comerciales lesiona su credibilidad como un socio comercial confiable y eso, a nivel mundial, imagínese, los demás países, Colombia, por ejemplo, Corea, que tienen Tratados de Libre de Comercio con Estados Unidos”, añadió.
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El impacto inmediato, como se anticipa, podría ser un aumento significativo en el costo de productos básicos, afectando la inflación de los precios. De acuerdo con el experto, la ley de oferta y demanda sugiere que, si los importadores deben pagar un 25 % adicional en aranceles, es probable que esto se traduzca en precios al consumidor mucho más altos.
En localidades donde productos como el aguacate son esenciales, un incremento en los costos puede ser devastador para el mercado.
Empleo y salarios
Las repercusiones del aumento de las tarifas no se limitan solo a los precios de consumo, sino que tienen un efecto directo sobre el empleo en el sector exportador. Smith destacó que los empleados en este sector, quienes dependen de la exportación a Estados Unidos, reciben salarios un 40 % más altos que el promedio nacional.
Esto significa que cualquier limitación en las exportaciones podría llevar a una reducción drástica en estos empleos, aumentando la presión sobre la economía mexicana.
Escasez y costos
Una opción que enfrentan los importadores de México es absorber el costo adicional de los aranceles, lo que podría significar simplemente menos productos en el mercado, provocando escasez y un aumento de precios.
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“En el caso de productos agrícolas, incluso un incremento oficiado de un 1 0% puede llevar a perder la competitividad; es probable que el 25 % tenga un efecto devastador”, apuntó.