¿Cómo cobrarle la plata que le prestó a su amigo 'malapaga'? Ley evitaría que pierda su dinero
Cuando un préstamo informal no se paga, la ley colombiana sí ofrece rutas para exigir la devolución del dinero, incluso sin un documento firmado.
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Prestarle dinero a alguien de confianza, como un familiar o un amigo, suele hacerse con la mejor intención. Sin embargo, no siempre termina bien. En muchos casos, la persona que pidió “una ayudita” se desaparece, deja de responder y se pierde cualquier señal de voluntad de pago.
Frente a ese escenario, suele pensarse que, sin un papel firmado, no existe salida alguna. No obstante, la ley en Colombia sí ofrece mecanismos para recuperar el dinero, siempre y cuando existan pruebas suficientes de que el préstamo realmente ocurrió.
El punto de partida es claro: toda obligación puede demostrarse por “cualquier medio admisible en derecho”. Eso abre la puerta a diferentes evidencias, más allá de un contrato escrito, que permitan confirmar que hubo un préstamo y que la otra persona se comprometió a devolverlo.
La ley permite varios tipos de soportes para demostrar que existe una deuda entre dos personas. Entre ellos se encuentran:
Con estas pruebas es posible acudir ante un juez e iniciar un proceso monitorio, un mecanismo pensado para situaciones en las que la deuda es evidente, pero no existe un documento firmado como un pagaré o una letra de cambio.
En este proceso, el juez revisa las pruebas aportadas y llama al deudor para que se pronuncie. Si la persona reconoce la deuda o no presenta argumentos válidos para negarla, el juez puede emitir una sentencia que obligue al pago de la obligación. Esa decisión se convierte en un título ejecutivo, es decir, en el documento que permite iniciar un cobro forzoso, como embargos o retenciones.
Incluso si el deudor no comparece a la audiencia, el juez puede fallar a favor del acreedor con base en las evidencias presentadas. Aunque este trámite facilita recuperar el dinero, suele ser más lento que un cobro sustentado en un documento previamente firmado.
La ruta legal existe y funciona, pero es más compleja cuando no hay soportes contundentes. Por eso, siempre que se preste dinero —incluso a familiares o amigos cercanos— es recomendable firmar un título ejecutivo. Un pagaré o una letra de cambio agilizan el cobro, reducen tiempos y evitan conflictos innecesarios.