y vejámenes sexuales con ellas.
La cruel historia tiene como protagonista a María Jovita Oviedo Botache, una madre de 42 años y dedicada al oficio de la prostitución, quien, según la Fiscalía, a cambio de dinero prestaba a sus pequeñas de 11 y 12 años para que fueran objeto de prácticas sexuales.
Dichos actos se realizaban en la misma residencia de la progenitora, ubicada en el barrio La Granja, al sur de la capital.
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El juez 64 Penal Municipal de Bogotá acogió la solicitud de la Fiscalía y al considerarlos como un peligro para la sociedad determinó enviar a La Modelo a Henry, José Leonel e Isauro Oviedo Botache y a la Buen Pastor a la progenitora.
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