JOSE JORDAN/AFP
Actualizado: 9 de mar, 2017
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La idea era que en caso de que el Barcelona remontara y pasara a cuartos de final, nadie pagaría su cuenta, sin importar cuánto tomaran o comieran quienes estuvieran presentes en ese bar.
Tras los goles de Suárez, Kurzawa y Messi los fanáticos futboleros empezaron a pedir comida y cervezas sin control, pero con el gol de Cavanni algunos se asustaron porque no llevaban suficiente dinero para cubrir la cuenta.
Sin embargo, cuando llegaron los goles que darían la clasificación al Barcelona todo fue júbilo en el lugar y los dueños no tuvieron más remedio que cumplir su promesa.