La selva amazónica está pasando lentamente a un nuevo clima ‘hipertropical’, más cálido y con sequías más frecuentes e intensas, unas condiciones que no se habían visto en la Tierra desde hace decenas de millones de años y que exponen a los árboles a un estrés mortal.Un estudio encabezado por la Universidad de California en Berkeley (EE. UU.) prevé que si se siguen emitiendo altos niveles de gases de efecto invernadero, las condiciones de ‘sequía cálida’ podrían volverse más frecuentes en toda la Amazonía para 2100, hasta 150 días al año, incluso en la temporada húmeda.¿Qué pasaría si la Amazonía se vuelve hipertropical?Esta nueva situación podría provocar la muerte generalizada de árboles y afectar a la capacidad de la Tierra para hacer frente al aumento de los niveles de dióxido de carbono atmosférico, ya que los bosques tropicales de todo el mundo absorben más emisiones de carbono humanas que cualquier otro bioma.Informes recientes han detectado un aumento del dióxido de carbono atmosférico tras las graves sequías en la Amazonía, lo que demuestra que el clima en los trópicos tiene un impacto cuantificable en el balance de carbono del planeta.Los científicos se refieren al nuevo régimen climático, o bioma, como los hipertrópicos, que está surgiendo debido al calentamiento global, el cual prolonga la típica estación seca de julio a septiembre, puesto que origina temperaturas más altas de lo normal.“Cuando se producen estas sequías cálidas, ese es el clima que asociamos con un bosque hipertropical, porque supera los límites de lo que consideramos actualmente un bosque tropical”, señaló el director del estudio, Jeff Chambers, en un comunicado de la Universidad de California en Berkeley.El estudio que publica Nature documenta que las condiciones de sequía y calor estresan a los árboles y aumentan su tasa normal de mortalidad.Los investigadores descubrieron por qué los árboles mueren en condiciones hipertropicales, que ahora solo se producen durante unos pocos días o semanas durante sequías extremas.Una vez que el contenido de humedad del suelo por volumen disminuye a aproximadamente un tercio, los árboles dejan de capturar carbono, mueren de inanición o desarrollan burbujas de aire en su savia.“Demostramos que los árboles de crecimiento rápido y baja densidad de madera eran más vulnerables y morían en mayor número que los árboles de alta densidad de madera”, precisó el investigador, que investiga sobre la Amazonía desde 1993 y en buena parte con el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA) en Manaos.Además, es probable que las condiciones hipertropicales aparezcan fuera de la Amazonía, en las selvas tropicales del África occidental y en todo el sudeste asiático.El investigador hizo hincapié en que se prevé el peor de los resultados si la sociedad hace muy poco para reducir las emisiones de dióxido de carbono que provocan el cambio climático.“Depende de nosotros hasta qué punto vamos a crear realmente este clima hipertropical”, indicó Chambers, y advirtió de que si se sigue emitiendo gases de efecto invernadero sin control: “Entonces crearemos este clima hipertropical antes”.
La moda sostenible está dejando de ser un concepto aspiracional para convertirse en un interés real entre los colombianos. Así lo revela un estudio de Ipsos Colombia, desarrollado a través de su comunidad cualitativa CONECTAD@S, que exploró cómo están cambiando las formas de consumir ropa, qué valores influyen en las decisiones de compra y de qué manera las personas están integrando la sostenibilidad en su día a día.El estudio, que incluyó a 163 participantes de estratos 2 y 3, encontró una comunidad diversa en motivaciones y comportamientos. Las mujeres representan el 67 % de los participantes, y el grupo etario más numeroso se ubica entre los 35 y 44 años. Pese a las diferencias generacionales, la mayoría coincide en algo: la preocupación por el impacto ambiental está presente, aunque todavía convive con otros factores que moldean las decisiones finales. Muestra de ello es que un 60 % ya contempla opciones como la reventa o el alquiler, mientras que un 30 % asegura que la sostenibilidad influye de manera decisiva en su elección de compra.En materia de durabilidad, las percepciones también están evolucionando. Los consultados entienden este concepto más allá de la simple resistencia física: esperan que una prenda conserve su funcionalidad y estética durante al menos tres años, y el 70 % asocia esa permanencia a la versatilidad, es decir, a que pueda acompañarlos en distintos momentos de la vida. Este hallazgo señala una oportunidad para las marcas, que pueden fortalecer la comunicación sobre materiales de calidad, origen responsable y prácticas sostenibles, aspectos que un 30 % de los encuestados asegura priorizar.El componente emocional aparece como un factor clave en la relación con la moda. Entre el 30 % y 35 % de los participantes afirma conservar prendas por razones sentimentales: regalos, recuerdos personales o piezas que representan hitos de vida. Esta conexión afectiva no solo prolonga la vida útil de la ropa, sino que se convierte en un punto de encuentro entre marcas y consumidores, donde la sostenibilidad no solo se mide en impactos ambientales, sino también en historias que se vuelven significativas.En ese sentido, el estudio plantea que la construcción de marca también está cambiando. Los consumidores buscan cercanía, mensajes claros sobre el propósito y experiencias que trasciendan la compra. Las empresas del sector tienen el desafío de volver tangible la sostenibilidad, traducirla en características visibles y convertirla en un valor cotidiano, deseable y accesible.La moda sostenible en el país, más que una tendencia, es un movimiento cultural en desarrollo. A medida que crece el interés y mejora la comprensión del consumidor, la industria colombiana se encuentra frente a un escenario prometedor: innovar, educar y ofrecer propuestas que armonicen conciencia ambiental, durabilidad y experiencias significativas. El camino, aunque apenas comienza, promete redefinir la manera en que los colombianos se relacionan con lo que visten.
Una buena noticia llegó para el ecosistema marino en medio del cambio climático. Profesores y estudiantes del Laboratorio de Biología Molecular Marina de la Universidad de Los Andes presentaron Seasprout, una tecnología que promete revolucionar la restauración de ecosistemas marinos. Este avance —actualmente en evaluación de patentabilidad— permite recuperar, en cuestión de meses, estructuras naturales que tardan hasta un siglo en formarse de manera espontánea, como los rodolitos y las praderas submarinas que sirven de refugio y soporte para una enorme diversidad de especies.Los rodolitos, algas coralinas que se calcifican hasta formar piedras vivas, desempeñan un papel clave en la creación de hábitats submarinos, la estabilización del fondo marino y la captura de carbono. Con Seasprout, los investigadores diseñaron rodolitos artificiales: sustratos biomiméticos, porosos y altamente estables que permiten que las algas coralinas y comunidades microbianas beneficiosas se adhieran y vuelvan a crecer. Cada nueva capa de calcificación fija carbono, acelerando la regeneración y fortaleciendo la función ecológica de estas estructuras.Esta innovación forma parte de los desarrollos más destacados de Sierra Valley, el primer laboratorio territorial de sostenibilidad del país, impulsado por AJE y la Alcaldía de Santa Marta. El proyecto busca demostrar cómo la ciencia y la tecnología pueden transformar la biodiversidad en prosperidad compartida, posicionando a Colombia como un referente internacional en transición climática. “Lo más poderoso de esta tecnología es que conecta la ciencia con las comunidades costeras. No solo se restauran ecosistemas, sino que también se crean nuevos oficios, se activan cadenas de valor que antes no existían y se promueve una relación más sostenible con el medio ambiente”, afirmó Uriel Sánchez, CEO de Seasprout.Esta tecnología es una invitación a sumar esfuerzos para que Colombia lidere, desde el Caribe, un modelo de desarrollo que inspire a otras ciudades del mundo: uno en el que la biodiversidad se convierte en motor de prosperidad compartida y las crisis ambientales se transforman en oportunidades para innovar y regenerar.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible expidió una nueva resolución que reglamenta la Ley 2173 de 2021, una norma que busca promover la restauración ecológica del territorio nacional a través de la siembra de árboles y la creación de Áreas de Vida en todos los municipios del país.Estas Áreas de Vida serán zonas definidas por las alcaldías, en coordinación con las autoridades ambientales, para desarrollar programas de plantación, conservación y mantenimiento de especies nativas. Según la resolución, los municipios tendrán un plazo de seis meses para identificar y delimitar estas zonas, las cuales deberán ser reportadas al Ministerio para su registro oficial.La reglamentación también establece que las medianas y grandes empresas deberán participar en jornadas de siembra, elaborar planes de restauración y presentar informes de cumplimiento. Por su parte, las personas naturales que participen recibirán el Certificado “Siembra Vida Buen Ciudadano”, mientras que las empresas obtendrán el “Siembra Vida Empresarial”, ambos gratuitos y válidos por un año.El documento incluye la participación activa de comunidades indígenas, reconociendo su autonomía en la definición de lineamientos ambientales y el manejo sostenible de los bosques.Con esta medida, el Gobierno busca fortalecer las políticas de restauración ecológica, gestión forestal y lucha contra la deforestación, en línea con el Plan Nacional de Desarrollo “Colombia Potencia Mundial de la Vida”.
El presidente Gustavo Petro advirtió a las disidencias de ‘Iván Mordisco’ que, si continúan utilizando a la población civil contra la fuerza pública, “se pasará del programa de sustitución de cultivos en Argelia al programa de fumigación con glifosato”.“Poner banderas e incluso explosivos es una debilidad militar, no una fortaleza. En el caso de las fuerzas de Iván Mordisco, que pertenecen a la junta del narcotráfico, tienen capacidad de reposición después de los golpes propinados; prácticamente su frente araucano fue destruido, basados también en el comercio cocainero en el mundo”, escribió el mandatario.El presidente reiteró que este grupo armado se encuentra en combate con el Estado y que no existe ningún tipo de negociación. Esta declaración se da tras el ataque en Buenos Aires, Cauca, que dejó a ocho uniformados asesinados y varias edificaciones públicas destruidas, entre ellas el puesto de Policía, la Alcaldía Municipal y la sede del Banco Agrario, además de daños en viviendas y otros bienes, producto del uso de explosivos y del fuego cruzado durante más de siete horas de hostigamiento.Por su parte, el Ministerio del Interior anunció que destinará recursos para la reconstrucción de la infraestructura afectada y confirmó que este miércoles se reunirá el jefe de la cartera política, Armando Benedetti, con el alcalde de Buenos Aires, Cauca, Pablo César Peña.
La economía colombiana termina 2025 con señales mixtas. Mientras algunos indicadores muestran avances en empleo y crecimiento, las alertas fiscales siguen encendidas. Así lo explicó el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo en entrevista con Blu Radio este 16 de diciembre, en la que insistió en que el país no puede analizar su situación económica solo desde los datos positivos.Para el exjefe de la cartera de Hacienda, el debate público ha tendido a polarizarse entre optimismo y catastrofismo. “Como yo he dicho en todas mis presentaciones, el panorama de Colombia en materia económica tiene luces y sombras”, afirmó, al señalar que ambos diagnósticos tienen elementos de verdad.Situación económica de Colombia en 2025: crecimiento y empleoOcampo reconoció que hay señales favorables asociadas a la reactivación económica. “La tasa de desempleo se redujo a un nivel bajo para los patrones históricos de Colombia”, destacó, aunque matizó que ese avance convive con un problema estructural: “El empleo informal sigue siendo absolutamente dominante. El 55% del empleo en Colombia es informal”.También resaltó el comportamiento positivo de sectores como el agro y, en menor medida, la industria manufacturera, lo que ha beneficiado a varias regiones del país. Sin embargo, advirtió que estos avances no compensan por completo los desequilibrios fiscales que se vienen acumulando.Déficit fiscal y deuda pública: los principales riesgos para 2026El mayor foco de preocupación, según el exministro, está en las finanzas públicas. “Sin duda alguna el tema fiscal es un elemento negativo”, afirmó. En su análisis, el próximo gobierno deberá enfrentar un ajuste que incluirá recortes de gasto y, posiblemente, una nueva reforma tributaria.Ocampo señaló que la decisión de Fitch Ratings de bajar la calificación crediticia de Colombia es una señal clara del deterioro fiscal. “La deuda pública está en niveles extremadamente altos y el déficit sigue en niveles muy altos”, explicó, lo que obliga a tomar decisiones que “van a ser sin duda alguna, dolorosas en algunos campos”.Salario mínimo, informalidad laboral y decisiones políticasOtro de los puntos sensibles fue el debate sobre el aumento del salario mínimo. Frente a la posibilidad de un alza del 12%, Ocampo fue enfático: “Cuando la inflación es del 5%, 12% es muy alto”. Recordó que la regla técnica debería ser inflación más productividad, lo que hoy estaría alrededor del 6%.“No estoy en contra de un aumento del salario mínimo”, aclaró, pero advirtió que un incremento desproporcionado puede profundizar la informalidad. En ese sentido, concluyó que una decisión de ese tipo “es estrictamente política” y puede convertirse en otro factor de presión para la economía colombiana en 2026.
Bogotá se prepara para recibir una de las tradiciones decembrinas más esperadas por niños y adultos. Del 6 al 24 de diciembre, la Feria del Juguete se realizará por primera vez en las inmediaciones del estadio Nemesio Camacho El Campín, un cambio de escenario que busca mejorar las condiciones de seguridad y acceso para los visitantes.El evento, que cumple 25 años de historia, abrirá sus puertas todos los días desde las 9:00 de la mañana, con entrada gratuita, y funcionará durante cerca de 12 horas continuas, permitiendo a las familias recorrer con calma los distintos espacios habilitados.En la feria participan cerca de 100 comerciantes, muchos de ellos pertenecientes a familias jugueteras que han mantenido este oficio por generaciones. La oferta incluye desde juguetes tradicionales, como balones, muñecos, peluches y juegos de mesa, hasta opciones más recientes como vehículos eléctricos infantiles, carros a control remoto y pistas de gran formato. Los precios, según los organizadores, arrancan desde los 5.000 pesos, lo que permite acceder a opciones para distintos presupuestos.Más allá de las compras, la feria busca recuperar una experiencia que se ha ido perdiendo con el comercio digital: que los niños puedan ver, tocar y probar los juguetes, mientras las familias comparten tiempo juntos en un entorno pensado para la temporada navideña.El traslado al sector de El Campín responde a la necesidad de ofrecer un espacio más amplio, visible y organizado, en comparación con ediciones anteriores que se realizaban en zonas cercanas al centro de la ciudad. La nueva ubicación cuenta con mayor flujo peatonal y mejores condiciones logísticas, lo que también beneficia a los comerciantes.La Feria del Juguete se suma así a la agenda de actividades decembrinas en Bogotá, consolidándose como un punto de encuentro para quienes buscan celebrar la Navidad en familia, apoyar el comercio local y mantener vivas las tradiciones asociadas al juego y la imaginación.
Un día después del atentado terrorista registrado en el barrio Mariano Ramos, en el cual murieron dos suboficiales de la Policía al ser atacados con explosivos, las autoridades avanzan con las investigaciones para ubicar a los responsables.Los primeros resultados se lograron en terreno, donde se encontraron cámaras trampa con las que estos terroristas habrían monitoreado el movimiento de la patrulla para activar los artefactos, y se está haciendo la verificación de videos de seguridad para lograr las plenas identidades de estos sujetos.Ante la incertidumbre que este hecho genera en la ciudadanía, debido al tema de seguridad de cara a la Feria de Cali, el alcalde Alejandro Eder confirmó la llegada de más hombres de la Policía para reforzar la vigilancia en toda la ciudad.“La feria va para adelante, nos va a llegar un refuerzo de 1.100 policías para la feria y ayer justamente llegaron los primeros 150 hombres. Aquí lo importante es entender que en Cali estamos conteniendo una situación muy compleja pues el suroccidente está convulsionado”, señaló Eder.El mandatario nuevamente hizo un llamado al Gobierno nacional para proteger a la ciudad del accionar de grupos armados ilegales en, indicando que actualmente Cali no necesita discusiones por posturas ideológicas, sino un trabajo en unidad.“El Gobierno nacional tiene que priorizar la seguridad de los colombianos en general, no es un tema político ni ideológico, se trata de sentido común”, finalizó Eder.
En medio de un operativo de control de movilidad realizado en el sector de Chipichape, en el norte de Cali, varios trabajadores de una obra de construcción que se adelanta en la zona se enfrentaron con agentes de tránsito, luego de que estos inmovilizaran varias motocicletas por mal estacionamiento."Empiezan a increpar a los agentes desde la parte alta de la obra y les lanzan varios objetos, en ese momento salen varias personas de ese lugar, bajan las motos , tuvo que intervenir la policía, la moto de los agentes si fueron tiradas al piso, una moto presenta unos daños y la grúa le dañaron vidrios", dijo Duvier Ossa, coordinador del Centro de Gestión de Movilidad.Actualmente, en el sitio se adelanta una reunión entre agentes de tránsito, trabajadores y representantes de la obra, con el fin de superar el conflicto. Por ahora, se está a la espera del reporte oficial por parte de las autoridades de movilidad para confirmar si hay agentes de movilidad heridos ."Están los representantes de la obra y están hablando con los señores de la grúa y con nuestros agentes para tratar que los ánimos estén calmados, es una situación de intolerancia ya que hubo agresiones verbales", expresó Ossa.
En un esfuerzo por reducir el impacto ambiental y promover un consumo más responsable, la compañía Mabe, junto a Red Verde y Orinoco E-Scrap, lidera una iniciativa nacional que busca incentivar el cambio de electrodomésticos antiguos por equipos más eficientes. La propuesta incluye beneficios tributarios para los hogares de estratos 1, 2 y 3 que entreguen su nevera vieja y adquieran una nueva con mejor rendimiento energético.De esta alianza nació el programa Green Cycle, que no solo promueve el reciclaje responsable, sino que también educa a los consumidores sobre la correcta disposición de los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE), una problemática que ha crecido un 82% a nivel global desde 2010, según el Global E-Waste Monitor 2024.Gracias al incentivo tributario, quienes participen en el programa podrán pagar solo el 5% del IVA en la compra de su nueva nevera, siempre que entreguen la antigua en un punto autorizado y que el valor del electrodoméstico no supere los 30 UVT. Este mecanismo busca facilitar la sustitución de equipos ineficientes y garantizar que las unidades recolectadas sean tratadas bajo normas ambientales seguras.En el corazón del proceso se encuentra Orinoco E-Scrap, una planta ubicada en Funza, Cundinamarca, donde se realiza la recolección, desmantelamiento y procesamiento de los electrodomésticos desechados. Allí opera Fiona, una de las máquinas más avanzadas de América Latina, capaz de procesar hasta una tonelada de residuos por hora, separando metales, plásticos y gases de manera automatizada.En lo corrido de 2025, Mabe y Red Verde han gestionado más de 1.600 toneladas de residuos electrónicos, con la meta de alcanzar 2.000 toneladas al cierre del año y 22.000 para 2030, consolidando un modelo de economía circular que combina innovación tecnológica, responsabilidad empresarial y compromiso ciudadano.Durante el conversatorio “Cómo deshacerte de tu electrodoméstico viejo sin dañar el planeta”, los voceros de Mabe y sus aliados destacaron que la transformación empieza en casa. Cada nevera entregada representa un paso hacia la sostenibilidad y una oportunidad para que más familias colombianas accedan a tecnología eficiente sin sacrificar el medio ambiente.Así, esta iniciativa demuestra que una acción pequeña —como reemplazar una nevera— puede generar un impacto colectivo en favor del planeta.Escuche aquí de qué se trata:
Bajo la premisa de lograr un Tumaco limpio, justo y lleno de vida, niñas, niños y adolescentes de la Red Nacional de Participación Lideramos el Cambio se unieron para investigar, analizar y proponer soluciones frente a uno de los mayores desafíos ambientales del municipio: la contaminación por residuos plásticos en los cuerpos de agua.Durante varios meses, este grupo juvenil identificó cómo la acumulación de basura en playas, mares y puentes de Tumaco refleja una grave deficiencia en los sistemas de recolección y disposición de residuos, una situación que pone en riesgo su derecho a un ambiente sano y el bienestar de toda la comunidad.Según los participantes, la falta de educación ambiental, la ausencia de infraestructura para depositar adecuadamente la basura y la poca articulación institucional han provocado una “emergencia silenciosa” que afecta directamente los ecosistemas costeros. “Podríamos contar con un espacio más limpio, pero con la ayuda de nuestra comunidad y de las autoridades, para así mantener un ecosistema y preservar la riqueza biocultural de nuestro territorio”, expresó Milagros, una participante de 13 años.Con el objetivo de generar conciencia y movilizar acciones concretas, los jóvenes lanzarán este jueves 16 de octubre la campaña “A cuidar y reciclar porque Tumaco merece brillar”, un proyecto que combina creatividad, liderazgo y educación ambiental. El proyecto, desarrollado junto a un equipo creativo bajo la metodología SHIFT de Save the Children, permitió que 32 niñas, niños y adolescentes construyeran una campaña de incidencia ambiental desde su propia experiencia. En el proceso crearon una canción original, una caja de herramientas digital con identidad visual, afiches, un mural colectivo, videos y contenido para redes sociales, todo con un mismo propósito: inspirar a Tumaco a cuidar el agua y actuar frente al cambio climático.
Santa Marta se prepara para dar un salto histórico hacia la sostenibilidad con el lanzamiento de Sierra Valley, una innovadora iniciativa liderada por AJE que busca convertir a la ciudad en la Capital Verde del Caribe. Este proyecto, pionero en Colombia, busca transformar los desafíos ambientales y sociales en motores de inclusión, innovación y competitividad, proyectando un impacto nacional e internacional.Sierra Valley se alinea con los instrumentos de política de la ciudad, como la Política de Emprendimiento e Innovación 2024-2035 y la Ruta 500+, que buscan impulsar el desarrollo económico sostenible. La iniciativa busca articular a diferentes actores para potenciar la riqueza natural y cultural de la región, promoviendo una economía regenerativa y del conocimiento.La iniciativa cuenta con seis motores de transformación:Territorio, Cultura y Comunidades: enfocado en el desarrollo comunitario y la preservación cultural.Soluciones basadas en la Naturaleza: busca implementar soluciones naturales para problemas ambientales.Innovación para la Sostenibilidad: impulsa la innovación y el desarrollo sostenible.Finanzas e inversión para la transición: gestiona recursos financieros para proyectos sostenibles.Riesgos y oportunidades climáticas: identifica y aborda los riesgos climáticos y busca oportunidades de desarrollo sostenible.Educación y formación para la transición: capacita a las comunidades para la transición hacia la sostenibilidad.Entre las apuestas innovadoras de Sierra Valley se encuentra Seasprout, una tecnología colombiana que acelera la regeneración de ecosistemas marinos, restaurando corales y praderas submarinas en meses, con beneficios en biodiversidad y captura de carbono.Con este proyecto, Santa Marta se proyecta como un escenario de referencia internacional en sostenibilidad y desarrollo, donde las crisis se convierten en oportunidades y la biodiversidad se transforma en prosperidad compartida. La ciudad busca inspirar a otras urbes del mundo a adoptar modelos de transición climática y desarrollo sostenible.
Consciente de los grandes desafíos que enfrenta la biodiversidad, la Fundación Santo Domingo asumirá en Colombia la implementación de la Iniciativa Impacto Jaguar, un esfuerzo regional impulsado por el brazo de innovación y capital emprendedor del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab), que busca transformar la manera en que se financia la conservación del capital natural.La iniciativa propone un Sistema Colaborativo de Financiamiento Basado en Resultados (FBR), que tomará al jaguar como especie emblemática para movilizar actores y canalizar recursos públicos, privados e internacionales hacia metas verificables de restauración, conservación y desarrollo socioambiental.A diferencia de los modelos tradicionales, en los que los recursos se asignan por actividades ejecutadas, esta plataforma innovadora vincula el desembolso de fondos al cumplimiento de resultados previamente definidos, promoviendo así mayor eficiencia, transparencia y sostenibilidad en la inversión. Con una inversión inicial estimada en USD 3,5 millones, el sistema impulsará proyectos que integren ciencia, innovación y gobernanza colaborativa para proteger los hábitats críticos del jaguar y de las 85 especies que dependen de su equilibrio ecológico.“Con la Iniciativa Impacto Jaguar queremos demostrar que es posible unir conservación y desarrollo social bajo un mismo modelo de resultados. Este proyecto no solo busca proteger hábitats estratégicos, sino también generar oportunidades para las comunidades que los habitan, integrando ciencia, innovación y financiamiento sostenible”, afirmó Daniel González, Director de Inversión Social de la Fundación Santo Domingo.El jaguar, felino icónico de América y guardián de los ecosistemas tropicales, ha perdido el 39 % de su hábitat en Colombia, según la UICN. Esta pérdida no solo amenaza su supervivencia, sino que compromete regiones vitales para el planeta como la Amazonía, el Chocó biogeográfico y la Orinoquía, de donde proviene hasta el 70 % del agua del país y se almacenan más de 8.000 millones de toneladas de carbono.Colombia, en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica y del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, se ha comprometido a conservar de manera efectiva al menos el 30 % de sus áreas terrestres y marinas para 2030. Este objetivo requiere fortalecer los esquemas de conservación, restauración y uso sostenible, así como movilizar recursos mediante mecanismos innovadores como pagos por resultados o bonos de biodiversidad.
Durante el segundo trimestre de 2025, las alertas de deforestación en la Amazonía colombiana disminuyeron un 16 % respecto al mismo periodo del año anterior, de acuerdo con el Boletín Trimestral de Detección Temprana de Deforestación publicado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).Entre abril y junio se estimó una pérdida de 1.198 hectáreas de bosque, frente a las 1.419 registradas en 2024, siendo la segunda cifra más baja de los últimos cinco años.El informe detalla que las mayores reducciones se concentraron en los departamentos de Meta, con 345 hectáreas menos, y Caquetá, con una disminución de 213. Sin embargo, en Guaviare y Putumayo las alertas aumentaron en 167 y 140 hectáreas, respectivamente. A nivel nacional, solo se identificó un núcleo de alerta temprana, la cifra más baja estimada en el mismo periodo desde 2020.Los municipios más afectados fueron Vistahermosa (Meta), Valle del Guamuez (Putumayo), El Retorno y Calamar (Guaviare). Las principales causas de pérdida de bosque identificadas fueron la praderización con fines de acaparamiento de tierras, la expansión agrícola industrial y la construcción de infraestructura de transporte no planificada.
La representante a la Cámara, Carolina Giraldo, junto a un grupo de veedores ambientales, está liderando una denuncia sobre un proyecto urbanístico en Dosquebradas, Risaralda, conocido como Bonaire.En diálogo con Mañanas Blu, con Camila Zuluaga, manifestó su preocupación por lo que está pasando en Dosquebradas. Y es que la controversia se centra en la presunta violación de normas de conservación y uso de suelo, ya que la construcción se está llevando a cabo en una de las pocas zonas verdes que quedan allí.La representante subrayó la necesidad de "repensar” cómo se están llevando a cabo las construcciones en las ciudades y municipios, porque muchas veces están quedando, según dijo, “puntos grises en medio de un paisaje hermoso del paisaje cultural cafetero”.La lucha ambiental y el déficit de espacio públicoLa zona afectada es una "zona verde, propiedad del municipio muy importante". Esta área se encuentra en el barrio Campestre D y es crucial, considerando que "Dosquebradas tiene 1.45 metros cuadrados por habitante”, espacio público, es decir, hace falta “muchísimo espacio público".Señaló que, además de ser un bien municipal, la zona cuenta con un guadual y está situada "al lado de una quebrada". Según el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), esta área está definida como "zona de protección del recurso hídrico".A pesar de la presunta vocación ambiental del terreno, el proyecto implica la construcción de unos edificios, los segundos más altos de Dosquebradas, de hasta 16 pisos, de acuerdo con Giraldo.Este desarrollo está causando un impacto ecológico inmediato. Giraldo explicó que la fauna está siendo desplazada y los animales allí están “saliendo”, como serpientes, zarigüeyas, iguanas y otras especies que, añadió, están "desplazadas y desorientadas”.Aunque no han comenzado los edificios, la constructora está "moviendo tierra" y tumbando tanto "los árboles que había sembrado la comunidad" como "buena parte del guadual". Giraldo teme que hayan tumbado "más allá de lo que les habían dado permiso".La principal "suspicacia" radica en la forma en que se han gestionado los permisos en relación con el Plan de Ordenamiento Territorial. Giraldo sostuvo que el POT actual, aprobado en 2024, define claramente esta zona como "una zona de protección ambiental del recurso hídrico".Inicialmente, el concepto técnico de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CDER) fue negativo, según aseveró la representante.“Los primeros permisos que otorgó la CDER no los otorgó, es decir, el concepto técnico de la CDER salió en contra, o sea, les dijeron: 'Ahí no se puede constituir'". Sin embargo, la situación cambió.Según la representante, esto se debe a que las autoridades optaron por remitirse a la normativa antigua. El POT anterior, de la primera generación del año 2000, "no tenían las consideraciones ambientales" adecuadas.Escuche la entrevista completa aquí:
El páramo de Sonsón, en Antioquia, acaba de revelar un secreto natural: la Pleurothallis maitamae, una orquídea inédita para la ciencia que habita en el ecosistema del DRMI Páramo de Vida Maitamá – Sonsón. Su hallazgo la convierte en un símbolo de la biodiversidad que resguarda esta zona del país.La historia comenzó en 2019, cuando un grupo de jóvenes registró fotos de orquídeas silvestres durante una caminata. Aquellas imágenes se transformaron en el punto de partida para confirmar que se trataba de una especie nunca antes descrita, bautizada en honor al Cacique Maitamá, líder indígena del cañón del río Arma.De porte mediano, flores crema con manchas púrpura, pétalos en forma de “S” y un labelo trilobado con lóbulos en forma de cuerno, esta orquídea resalta por rasgos que la diferencian del resto de su familia. Habita entre los 2.600 y 3.300 metros de altitud, justo en la transición entre el bosque altoandino y el subpáramo.“El descubrimiento de esta especie nos llena de orgullo y demuestra que nuestros páramos siguen guardando secretos que solo la ciencia y la participación comunitaria pueden revelar”, afirmó David Echeverri López, jefe de la Oficina de Gestión de la Biodiversidad de CornareAunque su presencia está dentro de un área protegida, la distribución de la Pleurothallis maitamae es muy limitada. Por eso, expertos advierten que será clave fortalecer los procesos de monitoreo y conservación, así como proteger el páramo de amenazas como el turismo no regulado, los incendios forestales y las especies invasoras.Este descubrimiento no solo resalta la riqueza biológica de Sonsón, en el Oriente de Antioquia, también confirma que los páramos colombianos siguen guardando tesoros naturales capaces de sorprender al mundo.
La Fundación Parque Jaime Duque anunció una noticia histórica para la biodiversidad nacional, el nacimiento de Wayra, la nueva cría de cóndor andino, hermana de Rafiki. El acontecimiento tuvo lugar este 20 de septiembre, fecha en que Colombia celebra el Día del Amor y la Amistad, y llega como un regalo de unión y vida en torno a la conservación.Wayra, cuyo nombre significa “Diosa del Viento”, simboliza fuerza, libertad y esperanza. Su llegada no solo refuerza el legado de su hermano Rafiki, nacido años atrás en el mismo programa, sino que también representa un avance fundamental en los esfuerzos por proteger al cóndor andino, especie emblemática y símbolo nacional de Colombia.Actualmente, se estima que solo existen cerca de 150 cóndores en vida silvestre en el país, lo que hace que cada nuevo nacimiento sea un triunfo para la ciencia y la cultura. El Programa de Conservación del Cóndor Andino, liderado por la Fundación Parque Jaime Duque, ha demostrado importantes avances en el proceso reproductivo de esta especie, garantizando pasos firmes hacia su supervivencia.El nacimiento de Wayra es también un llamado a la acción. La Fundación invita a ciudadanos, aliados y amantes de la biodiversidad a sumarse al programa de conservación a través de elvueloderafiki.com, donde podrán apoyar con donaciones y conocer más sobre la iniciativa.En los próximos meses, las redes sociales de la Fundación compartirán el crecimiento y evolución de Wayra y Rafiki, dos símbolos de esperanza que recuerdan la importancia de unir esfuerzos para proteger al majestuoso guardián de los Andes.
El agujero de ozono sobre el Antártico alcanzó los 21,08 millones de kilómetros cuadrados en la primera mitad de septiembre, informó este lunes el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), en la víspera del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.La superficie del actual agujero cuenta con dimensiones superiores a la media para la primera quincena de septiembre, pero es "inferior al máximo histórico de ese periodo", según un comunicado del Programa Copérnicus de la Unión Europea para la observación de la Tierra.Este año, el hemisferio sur vio antes que en 2024 el agujero, pues de acuerdo con mediciones anteriores a septiembre la superficie sin ozono alcanzaba ya los 15 millones de kilómetros cuadrados.El fenómeno, que aparece en el océano Antártico entre agosto y diciembre, "se desvió del patrón de 2023, para ser más comparable con el de 2024 y la media de 1979-2022", indicó el comunicado de Copérnicus en alusión a la reciente evolución más reciente del agujero de ozono en esta región del planeta.Para Laurence Rouil, directora del CAMS, "el agujero de ozono de 2025 muestra un patrón altamente variable, lo que subraya la importancia de contar con previsiones y análisis fiables".La duración y extensión de la capa de ozono, conforme al programa europeo de observación de la Tierra, depende de las dinámicas atmosféricas y factores químicos, lo que explica las fluctuaciones de la amplitud del agujero.