Un reciente hallazgo en el Sitio del Río Savannah, una importante instalación nuclear en Aiken, Carolina del Sur, ha llamado la atención sobre la persistencia de la contaminación radiactiva heredada en el medio ambiente.
Personal de Operaciones de Control Radiológico descubrió un nido de avispas con niveles moderados de radiactividad, según informes del Departamento de Energía de EE. UU..
El descubrimiento se realizó el 3 de julio, cuando un nido de avispas fue identificado en un poste cercano a un tanque dentro del Sitio del Río Savannah. Para manejar la situación, el nido fue rociado para eliminar las avispas y posteriormente embolsado como residuo radiológico.
Las pruebas subsiguientes revelaron un nivel de radiación de 100.000 desintegraciones por minuto (dpm) en el nido, lo que se considera un nivel moderadamente alto.
Aunque el informe del incidente se retrasó para asegurar la coherencia en los criterios de notificación de la contaminación en la vida silvestre, los funcionarios han clasificado este hallazgo como "contaminación radiactiva heredada in situ".
Esto significa que es una contaminación residual de actividades pasadas de la instalación y no está vinculada a una pérdida de control de la contaminación actual. No se citaron otras razones específicas para la contaminación de las avispas, y las evaluaciones no mostraron contaminación en el suelo o el área circundante.
El Sitio del Río Savannah, que abarca una extensión de 310 millas cuadradas, fue establecido en la década de 1950. Su propósito principal era la producción de materiales cruciales para armas nucleares durante la Guerra Fría, como el tritio y el plutonio-239.
Desde la década de 1980, el sitio ha sido designado como un lugar de Superfund por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), lo que ha impulsado extensos esfuerzos de limpieza y remediación ambiental. Es importante destacar que este reciente hallazgo de avispas radiactivas no ha tenido impacto en las operaciones generales de la instalación.
Este incidente en Carolina del Sur se suma a una lista de ejemplos en los que la actividad nuclear ha influido en la vida silvestre a nivel global. Por ejemplo, en el Atolón Enewetak, en el Pacífico, las pruebas de armas nucleares realizadas por Estados Unidos entre 1948 y 1958 llevaron a que las tortugas marinas en las aguas circundantes se volvieran radiactivas. Incluso, la tumba de hormigón donde se enterraron los desechos nucleares de esas pruebas ha comenzado a filtrar.