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La discoteca de Murcia donde murieron trece latinoamericanos el 1 de octubre de 2023 a causa de un incendio solo tenía dos salidas en la fachada y tanto las puertas traseras como las que comunicaban con otro local siniestrado estaban siempre cerradas con llave, según personal de seguridad y camareros.
Ocho trabajadores de la discoteca donde supuestamente comenzó el fuego declararon este jueves ante la jueza que investiga el caso y coincidieron en que solo la puerta de entrada del local y otra de la zona para empleados podían ser utilizadas como salidas, ya que el resto permanecían siempre cerradas y en desuso.
Según explicó a EFE Rosa Egea, abogada de los familiares de una de las víctimas mortales y de varios supervivientes, los empleados aseguraron que la puerta de la parte trasera del local y que daba acceso a un callejón nunca estaba abierta, como ya habían apuntado los bomberos que intervinieron aquel día, que encontraron ese acceso bloqueado con rejas y candados.
También reconocieron la existencia de dos puertas en la pared que separaba la discoteca Teatre de la sala Fonda Milagros, donde fallecieron las 13 víctimas -cinco ecuatorianos, cinco nicaragüenses y tres colombianos-, pero indicaron igualmente que siempre estaban cerradas con una cadena.
Además, era habitual que estuvieran tapadas por biombos y otros elementos decorativos y, en caso de querer abrirlas, solo podía hacerse desde la sala Teatre, que era donde estaban los pulsadores de apertura, pero no desde Fonda Milagros.
Los trabajadores reconocieron que nunca recibieron formación de prevención de incendios por parte de la empresa ni participaron en ningún simulacro de evacuación, por lo que desconocían cómo actuar en este tipo de siniestros, según relató otro de los abogados de parientes de fallecidos, Pedro López Graña.
Los declarantes de hoy coincidieron en situar el origen del fuego en la zona del techo cercana la cabina del 'disc-jockey', donde impactaban las chispas que emitían las máquinas de fuegos fríos que se utilizaron esa noche.
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La jueza mantiene como investigados por trece posibles delitos de homicidio imprudente a seis personas: el dueño de Fonda Milagros, tres responsables de Teatre, quien organizó la fiesta en la discoteca y el propietario de la máquina de fuegos fríos.
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