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El papa pronunció estas palabras en su discurso a los representantes de las Obras para la Ayuda de la Iglesias Orientales (R.O.A.C.O.) que recibió hoy en el Vaticano y a quienes animó a seguir ayudando en Siria, o ante el conflicto del Tigray que afecta a Etiopía y a la vecina Eritrea,
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El pontífice deseó que "se cumpla pronto la profecía de paz de Isaías: que un pueblo no vuelva a levantar la mano contra otro pueblo" pero destacó que, por el momento, "van en dirección contraria: la comida disminuye y el estruendo de las armas aumenta".
Y animó a "no dejar de rezar, de ayunar, de ayudar, de trabajar para que los caminos de la paz encuentren un lugar en la selva de los conflictos".