El número de víctimas del terremoto que azotó Marruecos el pasado viernes supera ya las 4.000 víctimas entre muertos y heridos mientras siguen las operaciones de rescate en varias aldeas sureñas del país, labores a las que se sumaron los primeros equipos de rescate españoles este mismo domingo.
Según el último balance provisional ofrecido por el Ministerio de Interior marroquí, el terremoto causó un total de 2.497 muertos y 2.476 heridos. La provincia con más muertos es Al Haouz, que registró al menos 1.351, y la segunda es Tarudant, donde el sismo ha dejado ya 492 decesos.
Antonio Nogales, presidente de Bomberos Sin Fronteras y quien trabaja en las labores de rescate y búsqueda en Marruecos, entregó detalles en Mañanas Blu sobre cómo avanzan las operaciones y el balance que tienen hasta el momento.
“Las tareas se siguen desarrollando, estamos esperando una evaluación para seguir trabajando y hacer una nueva distribución”, dijo la distribución de rescate en las zonas más afectadas por el terremoto de magnitud 7.
Sobre las cifras y las razones de los grandes daños en ese país, explicó que la hora en la que se presentó el movimiento telúrico tuvo mucho que ver, pues fue sobre las 11 de la noche, hora en la que las personas ya estaban durmiendo o descansando y su capacidad de reacción era menor, “fue un terremoto muy violento”, dijo.
Mientras avanzan las operaciones de rescate, varios aldeanos denunciaron que 17 aldeas montañosas de la comarca de Imgdal, unos 77 kilómetros al sur de Marrakech y a unos 50 kilómetros del epicentro del terremoto, siguen aisladas sin ayuda básica.
Se trata de aldeas como Anamir, Tiguirst, Taghzut y Taurirt, que según estos vecinos se encuentran totalmente aisladas. En esta última población una mujer dio a luz al aire libre sin posibilidad de trasladarla a un hospital, explicó Omar Ait Said, procedente de Taurirt.
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