Maduro habla de intervencionismo político y amigos en Colombia "dispuestos a todo"

El presidente Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a lanzar pullas al Gobierno del presidente Gustavo Petro luego que los presidentes de Colombia y Brasil y Luiz Inácio Lula da Silva insistieron en la necesidad de difundir las actas electorales “desglosadas por mesa de votación”, tras el aval del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela a los cuestionados resultados de las elecciones en Venezuela."Tenemos muchos amigos en Colombia. (...) Aquellos que osen, como han osado desde Colombia, en agredir a Venezuela, nuestros amigos nos protegerán y están dispuestos a todo, porque la paz de Venezuela es la paz de Colombia", dijo Maduro durante una cumbre virtual con jefes de Estado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba). Maduro garantizó que su Gobierno va a continuar como facilitador de las negociaciones de paz con la guerrilla del ELN que este momento se encuentran congeladas, por lo que aprovechó para de manera tácita rechazar los recientes pronunciamientos del presidente Petro sobre los resultados electorales en Venezuela. "Ni con Santos, ni ahora con el presidente Petro, nunca jamás yo agarre un micrófono a hablar de la guerra de Colombia, de la situación interna de Colombia, de los problemas de Colombia. Porque no practicamos la diplomacia de micrófono, el intervencionismo político en otros Estados, en otros países”, advirtió Maduro. Además, Maduro, dijo que el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, "apunta sus fusiles y sus cañones" contra el país caribeño, luego de que este pidiera más transparencia sobre la controvertida reelección del líder chavista en los comicios del 28 de julio. El mandatario acusó a Borrell y a la Unión Europea de estar supeditados a Estados Unidos, cuyo Gobierno ha aplicado numerosas sanciones internacionales a Venezuela en los últimos años, especialmente a altos funcionarios del chavismo que Washington señala de socavar la democracia o violar derechos humanos en el país suramericano.