La denominada ‘Operación Limpieza’ que ejecuta el Gobierno de Nicaragua para remover los obstáculos en calles y carreteras, instalados por opositores, dejó diez nuevas víctimas fatales, mientras que la CIDH pidió al Estado garantizar la vida de la población.
Cinco ciudades del Pacífico nicaragüense fueron escenarios de lo que los detractores al Gobierno han bautizado como "Operación Limpieza", que consiste en una ofensiva ejecutada por las llamadas "fuerzas combinadas", integrada por policías, antimotines, parapoliciales y paramilitares, junto a trabajadores del Estado, para remover bloqueos de caminos y barricadas.
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En el barrio Camilo Ortega, de la ciudad de Masaya, los enfrentamientos dejaron seis víctimas, cuatro de ellos policías antimotines, dijo a Efe el secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva.
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Al respecto, Jeffrey Jarquín, miembro de la Coalición Nacional de Jóvenes en ese país, señaló que él es uno de los pocos sobrevivientes que sigue en pie de lucha en la “guerra” contra Ortega.
“Este Gobierno del presidente y genocida Daniel Ortega está trayendo paramilitares de Venezuela y Cuba y están persiguiendo a los ciudadanos en varias ciudades”, indicó.
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“Nos siguen matando no solo en las iglesias, no solo en las capillas. Nos siguen matando en los diferentes lugares que nos encontramos. Yo para recibir una llamada tengo que asegurarme que no me estén interceptando. Tengo que cambiar de chip por seguridad”, agregó.
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“En el ‘plan limpieza’ el presidente ordena que capturen, ejecuten, detengan, maten y torturen. Van más de 370 amigos que han perdido la vida, entre ellos niños, bebés, adultos, campesinos y estudiantes”, agregó Jarquín.
“Van tres meses en los que nos están matando, acá no se respeta, hay cacería de brujas. No tenemos miedo a morir, luchamos por Nicaragua”, agregó.
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