Según un informe es elaborado por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, en el departamento de Santander, entre el 14 de marzo y el 5 de julio, las violaciones de los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario por acciones armadas del ELN y EPL, causaron el desplazamiento de por lo menos 16 mil personas (5.168 familias), en los municipios de San Calixto, Teorama, Tibú, La Playa de Belén, Ábrego y Hacarí.
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El informe señala que se estima que cerca del 70% de familias desplazadas han retornado bajo su propio riesgo -pese a la falta de garantías de seguridad- ante las pocas posibilidades de sustento en el lugar de recepción. Las personas desplazadas que no han retornado siguen ubicadas en dos Espacios de Protección Humanitaria aún activos, y otras han llegado a municipios como Ocaña y Cúcuta.
“Persiste la situación de alto riesgo y de vulnerabilidad para las personas que ejercen liderazgo en la región; producto de esta situación también se han afectado las dinámicas organizativas comunitarias. Durante este periodo, han sido asesinados al menos tres líderes sociales en el Catatumbo y un alto número de líderes comunitarios han sido amenazados”, destaca el informe.
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Por su parte, desde el inicio de las confrontaciones, al menos 9 civiles han resultado afectados por accidentes con minas antipersonal y munición sin explotar (MAP/MUSE), y por lo menos tres han sido víctimas militares. La presencia de MAP/MUSE y artefactos explosivos improvisados (AEI) ha aumentado, lo que genera restricciones a la movilidad y al acceso en algunos caminos veredales, y alrededores de centros educativos rurales.
De 44.829 niños, niñas y adolescentes afectados en su derecho a la educación, desde el inicio de la crisis, más de 2.900 niños y niñas continúan desescolarizados.
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Existe una alta preocupación por situaciones de violencia basada en género (VBG) y feminicidios registrados durante este periodo en la región.
Aproximadamente 4.000 indígenas Barí continúan en riesgo de volver [5] a confinarse por amenazas, la persistencia de los enfrentamientos entre los grupos armados en cercanía de los resguardos y presencia.
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