Así va la preparación de la iglesia católica para reabrir los templos en Colombia

De acuerdo con monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, la iglesia está pendiente de que se genere un acto administrativo por parte del Ministerio del Interior que esperan se dicte esta misma semana para que inicien las pruebas piloto en los templos en los municipios de Salamina y Aguazul.“Hemos pedido al Ministerio del Interior que fije un plazo de término para la prueba piloto. Todavía no se ha dado una respuesta exacta a esta solicitud”, dijo.“Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay un proceso para esta apertura en municipios no COVID”, añadió.Según el religioso, los alcaldes deben tramitar la autorización ante el Ministerio del Interior, certificando, en primer lugar, que su municipio es libre de coronavirus.“El Ministerio le dará curso a esas solicitudes. La autorización se pedirá para las diversas confesiones de fe que haya en cada municipio”, dijo monseñor. Agregó que los protocolos que se acreditarán serán monitoreados para realizar ajustes de acuerdo con la experiencia, mientras los párrocos que están en contacto con las autoridades locales y secretarías de Salud, deberán estar al tanto del manejo general de la pandemia y regirse a las medidas de bioseguridad que se vayan tomando, también, siguiendo directrices de obispos u ordinarios diocesanos.Vea aquí: Cuatro iglesias de Cali celebrarán la misa en un plan piloto de reapertura “El Ministerio de Salud ha aprobado los protocolos para la reapertura de templos en Salamina y en Aguazul. Estos lineamientos son fundamentalmente los que se aplicarán para la reapertura de los demás templos, una vez se surta la experiencia piloto”, puntualizó.“Ya hemos hecho del conocimiento de todos los obispos del país estos lineamientos para que se vayan preparando, en espera de la autorización necesaria”, agregó.De igual manera, explicó que desde la Conferencia Episcopal presentaron unos protocolos al gobierno, que incluyen, entre otras, controlar el aforo, garantizar el distanciamiento social, desinfectar los templos, y precaución a la salida de las iglesias.