De inmediato allanaron el inmueble y encontraron una supuesta empresa que comercializaba iridio-192 y un material altamente tóxico, perjudicial para la salud humana, por lo que su manipulación y almacenaje deben ser supervisados por el Servicio Geológico Colombiano, según la Policía Nacional.
Estos elementos son de uso exclusivo de la industria petrolera, aeronáutica y en tratamientos contra el cáncer. Además, se encontraron dos contenedores en que se guardaba uranio y material radiactivo.
De acuerdo con el proceso investigativo, el iridio-192 es una fuente emisora de radiación que atraviesa fácilmente la piel y ocasiona úlceras que después se convierten en lesiones que pueden conllevar amputación de miembros e incluso la muerte por shock séptico.