Colombia responde a Francia y Alemania por trinos sobre masacres en Cali y Samaniego

Este martes, el Ministerio de Relaciones exteriores dio cuentas a los gobiernos de Francia y Alemania sobre el manejo de la preocupante ola de violencia registrada en los últimos días, por cuenta de las dos masacres de jóvenes, registradas en Cali, Valle del Cauca, y Samaniego, Nariño. La respuesta a través de un comunicado es puntualmente a Peter Ptassek, embajador de Alemania en Colombia, que escribió lo siguiente en su cuenta de Twitter: “¿Qué puede tener más valor que la vida? Menos aún la vida de jóvenes. ¿Se dan cuenta que están matando futuro? Es hora de alianzas efectivas: Estado, sociedad civil, cuenten con Alemania, como parte de comunidad internacional para enfrentar y acabar por fin con violencia demencial”. También escribió Gautier Mignot, embajador de Francia en Colombia: “Nos sumamos a este comunicado de las instituciones de Naciones Unidas. Muy preocupantes estas cifras y la multiplicación de masacres vinculados con actividades ilícitas y grupos armados ilegales”. Ante los cuestionamientos y el llamado de los países, Colombia respondió que ha condenado de manera enérgica “los execrables crímenes cometidos en contra de niños, adolescentes y jóvenes en los últimos días”, resaltó la intervención de las autoridades en la zona y la recompensa ofrecida por los responsables. “Colombia es un país abierto al escrutinio internacional y comprometido con la plena garantía de los Derechos Humanos. El Ministerio de Relaciones Exteriores invita a los embajadores de Alemania y Francia en Colombia a avanzar en un diálogo que permita fortalecer su cooperación en la lucha contra el narcotráfico y las economías criminales, que son el origen de la violencia que afecta a las comunidades más vulnerables en Colombia”, dice el comunicado. En un párrafo posterior, la Cancillería resalta el aumento de los cultivos ilícitos durante la administración Santos y su efecto en materia de orden público. “Infortunadamente, el crecimiento exponencial de cultivos ilícitos entre 2013 y 2017, así como de otras actividades criminales como la minería ilegal, desataron dinámicas de violencia en determinadas regiones del país. Aún a pesar de las reducciones en el área de coca cultivada que se evidenciaron en 2018 y 2019, la disputa por el control de las rutas del narcotráfico entre grupos armados ilegales continúa amenazando a la población y cobrando víctimas entre las que se encuentran defensores de Derechos Humanos, líderes sociales, soldados, policías, y jóvenes y niños”.