Actualizado: 24 de nov, 2016
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“Es una discusión entre 5,5 o 6 % del salario mínimo que de todas maneras implicaría, en la medida en que la inflación del año entrante sea del orden 4%, un aumento significativo en el poder del compra de los trabajadores que ganan el salario mínimo”, explicó Villar.
La recomendación de Fedesarrollo es que en la negociación hay que ser muy cautelosos con el fin de que el aumento del salario mínimo no desestimule la generación de empleo y el proceso de formalización laboral que ha avanzado en los últimos años.