Durante décadas el ingeniero colombiano Jorge Reynolds ha sido felicitado y enaltecido por haber sido, según él, el inventor del marcapasos, un artefacto que ha salvado millones de vida alrededor del mundo.
Le puede interesar: “Un cura bendijo nuestro primer marcapasos”: Jorge Reynolds
Pese a la falta de pruebas y una patente que lo compruebe, esto no ha detenido a que en el país los homenajes a Reynolds no cesen. Así lo advierte una reciente investigación del diario El Espectador, que este domingo repasa la historia del marcapasos en la medicina del siglo XX, además de interpelar al propio ingeniero, quien insinuó que esa mentira fue culpa de los periodistas.
El 13 de diciembre de 2018 el presidente Iván Duque celebró en la Clínica Shaio un homenaje a Jorge Reynolds Pombo y a dos médicos de la institución, Gilberto Estrada Espinosa y Luis Hernando Orjuela Lobo, evento en que resaltó el trabajo del ingeniero: “Así se tiene que reconocer su impronta en la ciencia. Porque usted, portando ese corazón colombiano, hizo de nuestro país un país admirado por su evolución científica, tras haber desarrollado e implementado el marcapasos como tecnología que ha salvado vidas en todo el planeta”, dijo en su momento el primer mandatario.
Y es que según registra el diario Reynolds se ha encargado de inflar su prestigio como inventor del marcapasos, unas de las revoluciones en la medicina que ha logrado cambiar la vida de miles de personas.
Para desmontar este mito basta con una lectura minuciosa de libros de medicina e historia, que indican que el de Reynolds no fue el primer marcapasos de historia.
Una entrevista al mismo Reynolds por parte de El Espectador revela que artículos médicos de 1950 registran que los canadienses Wilfred Bigelow, John Callaghan y John Hopps ya habían desarrollado un marcapasos, en 1957 se desarrolló el primer marcapasos portátil transistorizado extracorpóreo alimentado por baterías y la idea de poner electricidad en un corazón viene desde 1928.
Los registros no mienten y, según estos, antes del marcapasos de Reynolds en 1958 ya otros científicos habían creado prototipos incluso más sofisticados.
Lea el artículo y le entrevista completa en El Espectador