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Los pecados capitales de la era de Juan Manuel Santos

Expertos consultados por Blu Radio analizan las deudas y errores del saliente Gobierno.

312531_Foto: Expresidente Santos / Blu Radio
Foto: Expresidente Santos / Blu Radio

Catalogado como el gobierno de la paz, el propio presidente Santos se arrepiente de algunas decisiones, como por ejemplo la de haber sometido a plebiscito el acuerdo de paz con las Farc, una decisión que no sólo se convirtió en uno de los grandes fracasos políticos de su gobierno, sino que además terminó dividiendo aún más al país.

Para los analistas, la metodología que escogió el presidente Santos para que el acuerdo de paz aterrizara en la población, se convirtió tal vez en uno de los grandes desaciertos de su gobierno.

Vea también: "Aumento de IVA, TLCs y deuda externa: lo más destacado de Gobierno Santos en economía

“Aunque apoyé el acuerdo de paz, creo que la vía para revivirlo después de la derrota del plebiscito era otro plebiscito. No creo que uno pueda revivir por la vía del Congreso lo que ha sido derrotado en un plebiscito en las urnas”, dice Andrés Mejía, panelista de Blu Radio.

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Y como era su gran bandera, ¿cómo no cuidarla? Pues Héctor Riveros, un hombre que generalmente en sus opiniones ha defendido al gobierno Santos y el proceso de paz, reconoce que el no haber hecho presencia efectiva en los territorios donde hacían presencia las Farc fue otro gran desacierto.

El gran pecado, dice él, fue “no haber preparado con anticipación un plan de ocupación de los territorios donde antes estaban las FARC que fuera eficaz para asegurar que ahí hubiera una disminución muy sustancial de la violencia. (...) Prácticamente desperdició el que fue su gran logro, el proceso de paz. No era suficiente si eso no se reflejaba en una disminución significativa de la violencia.”

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Como el proceso de paz fue la columna vertebral de los ocho años de gobierno de Juan Manuel Santos, desencadenó otras decisiones que a juicio de expertos también se convirtieron en un desacierto. El excongresista Nicolás Uribe cree por ejemplo que fueron equivocados los cambios en la política para luchar contra los cultivos ilícitos.

“209 mil hectáreas de coca y creciendo (...) Es consecuencia de una política que levantó la aspersión aérea de coca, que redujo los operativos manuales y que fue incapaz de controlar la siembra. Tuvo dificultades gerenciales para garantizar una sustitución de cultivos con salida al mercado nacional”, explicó Uribe.

Aún los principales defensores del gobierno de Juan Manuel Santos reconocen que la lucha contra el narcotráfico fue uno de los lunares del gobierno. Incluso lo reconoció el Senador Roy Barreras uno de los parlamentarios defensores del gobierno Santos: “el gran problema no resuelto, cualquier analista lo sabe, es la maldición del narcotráfico. Claro que no pudo resolverse”.

Otro de los temas que algunos analistas ven como desacierto es la relación que tuvo el presidente Santos y su gobierno con el Congreso. Andrés Mejía cree que el país regresó a las peores prácticas clientelistas. Explicó que “en Colombia siempre ha habido una relación clientelismo entre el gobierno y la clase política, pero en este gobierno se exacerbó y se llevó a los niveles más altos que hayamos visto en la historia. El presidente era totalmente dependiente de la clase política para sostener su gobierno (...) Eso nos deja con una herencia de corrupción y con una herencia de desprestigio del sistema político bastante grande”.

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Pero no el presidente no sólo habría fallado en su relación con los políticos. También en su relación con los sectores sociales que durante el gobierno de Juan Manuel Santos terminaron recurriendo a los paros y las protestas para hacerle reclamos al Estado, y el gobierno casi siempre terminaba cediendo.

“La protesta social sobre la base del bloqueo de vías terminó haciendo que la dinámica de prestación de servicios, creación de políticas públicas y resolución de problemas fuera desconociendo las vías institucionales y simplemente se hiciera efectiva por miedo a la presión de la protesta que ha quedado, no levantada, sino suspendida, para que el gobierno entrante se comprometa a cumplir con las demandas so pena de volver a paralizar al país"

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En materia económica, el gran legado del presiente Juan Manuel Santos fueron las reformas tributarias, la última de ellas tal vez la más agresiva, al punto que incrementó al 19 por ciento el IVA, que era un tributo que parecía intocable. Para German Cristancho, Gerente de Investigaciones Económicas Davivienda Corredores, los esfuerzos tributarios fueron insuficientes para enfrentar el déficit fiscal del país.

“Se queda un poco corta y esa es la razón por la cual en Colombia se está hablando de que apenas llegue el presidente Iván Duque muy probablemente se va a proponer una nueva reforma tributaria”, dijo Cristancho.

Sin embargo, para él, ese no fue el desacierto del presidente Santos en materia económica como sí lo fue el no haber diversificado los mercados después de la crisis petrolera que le dio una lección al país sobre el asunto: “faltó aumentar la diversificación en materia de exportaciones o de la base exportadora del país”. El analista cree también que faltó avanzar más rápidamente en las obras de infraestructura.

Aunque no se sabría si llamarlo desacierto, hubo un elemento que impidió que el gobierno Santos despegara en las encuestas, a pesar de que tuvo buenos resultados en varias materias. Héctor Riveros cree que la propia personalidad del presidente Santos hizo que fuera “un gobierno que la gente nunca sintió ni empático ni sensible con los problemas de la gente. Lo sintió alejado, clasista, mal comunicado e indiferente”.

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Los intentos por reformar a la justicia se convirtieron también en desaciertos del presidente Santos que, en su búsqueda desesperada por una concertación, nunca pudo sacar adelante esa iniciativa que ha venido reclamando el país desde hace muchos años.

Tal vez el episodio más recordado fue el “strike” del año 2012 cuando el presidente Santos logró la aprobación de una reforma a la Justicia que en realidad era un adefesio y él mismo terminó echando reversa.

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Andrés Mejía cree que es mentira que el gobierno y el presidente no se hubieran enterado. “Creo que eran suficientemente conscientes de lo que venía ahí y fue la indignación nacional la que lo hizo retroceder”.

 

 

 

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