Los riesgos ambientales de Reficar que no vio la Anla

BLU Radio revisó en detalle una auditoría de la Contraloría que fue publicada recientemente y que tiene que ver con los efectos ambientales de Reficar. Hay varios hallazgos, pero uno de los más importantes tiene que ver con un sistema de transporte de residuos del proceso de refinación, conocidos como PETCOQUE, que son unas piedras de carbón con metales pesados y arcénico que luego se venden para la producción de otras materias primas.

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Según la licencia ambiental otorgada por la Anla, se acordó la construcción de un sistema de transporte a partir de bandas que iba a tener una encapsulación del material. Y en el cual se iban a invertir 100 millones de dólares. Sin embargo, ese sistema de transporte nunca se construyó.

La Contraloría realizó varias visitas y le llamó la atención a Reficar, quien adaptó el mecanismo para que a partir del transporte con camiones, no hubiese riesgo ambiental. Pero no se sabe en qué se invirtieron los 100 millones de dólares y el ente de control estima que podrían hacer parte de los sobrecostos generales de la remodelación de la refinería.

Otro de los aspectos importantes tiene que ver con el landfarming, unas piscinas construidas en Reficar que contienen líquidos contaminantes, también residuos de la refinación o petróleo que no se ha podido usar.

La Contraloría asegura que no hay planos que permitan detallar cómo se interconectan estas piscinas para que en el caso de que haya un huracán estos líquidos no terminen en el océano y causen un grave daño ambiental.

“La licencia ambiental a Reficar nunca debió haber sido entregada. No comprendemos cómo la Anla pudo permitir la construcción de piscinas para guardar fluidos altamente tóxicos tan próximos al océano. Con un huracán estas aguas podrían contaminar el mar”, argumentó el experto ambientalista Camilo Prieto.

Pero lo más grave tiene que ver con la falta total de planes de contingencia para problemas técnicos que podrían causar incendios en la refinería o desastres naturales.

La Contraloría asegura que en el mismo terreno en donde funcionaba la primera versión de la Refinería, se materializó la ampliación sin un aumento de terreno, lo que produce un riesgo mayor de problemas con los equipos que podrían producir explosiones y causar afectaciones ambientales y a la población.

La Contraloría, por último, aseguró que la labor de vigilancia y revisión de la ANLA a la operación de Reficar ha sido nula, sobre lo cual la entidad no contestó el hallazgo del ente de control. Por estos hechos se ordenó un inmediato plan de mejora que la Refinería debe cumplir.

Reficar contestó cada uno de estos hallazgos. Negó, por ejemplo, las posibles irregularidades con los 100 millones de dólares y dijo que el transporte del petcoque ya funciona sin ningún problema.