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Los testimonios que tiene la Procuraduría sobre atentado en la General Santander

Se trata de las versiones que llevaron a que se abriera indagación contra los generales Carlos Enrique Rodríguez y Juliette Giomar Kure Parra.

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BLU Radio, carro bomba Escuela de Cadetes General Santander / foto: suministrada

BLU Radio conoció en exclusiva los testimonios de los policías y miembros de la Escuela General Santander que rindieron su testimonio ante la Procuraduría, en el marco de las investigaciones por el atentado ocurrido el 17 de enero de 2019.

El ingreso de un carro bomba dejó como resultado 23 cadetes muertos y 65 más heridos. El 27 de agosto, la Procuraduría recibió testimonios. El procurador delegado que adelanta la investigación es Jorge Enrique Sanjuán.

El primer testimonio fue el de un auxiliar de Policía, de apellido Guerrero, quien expresó que cuando ocurrió el atentado estaba diligenciando una minuta en la recepción donde estaba otro auxiliar, de apellido Mayorga. Sostuvo que el vehículo que estalló ingresó a la escuela de cadetes por una puerta que se conoce como “Halcón 14”, en la que estaba de guardia el auxiliar Felipe Buitrago Sánchez.

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Recibieron las consignas normales de seguridad, pero no les dijeron nada sobre una amenaza. Agregó que en la guardia principal siempre está el guía canino que revisa los carros mientras un auxiliar hacía lo propio con los documentos del vehículo”, señala el documento de la Procuraduría citando la versión entregada.

El testimonio advierte que no recibió instrucción sobre el plan de defensa de las instalaciones y que todo se hizo según las instrucciones emitidas por radio por parte del jefe de seguridad, capitán González. De hecho, el espejo para ver por debajo de los vehículos se dañó dos meses atrás.

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Un segundo auxiliar, de apellido Campuzano, explicó a la Procuraduría que antes de recibir la guardia les dieron instrucciones de permanecer alerta en el servicio y de estar pendientes de los vehículos que no fueran de la escuela.

Agregó que “no firmó ningún acta relacionada con órdenes o instrucciones sobre la seguridad y confirmó que el vehículo bomba ingresó por la puerta “Halcón 14” y que allí se encontraba el auxiliar Felipe Buitrago; añadió que esa entrada la cubre la cámara de vigilancia ubicada en el puesto banderas.

El auxiliar aclaró en su testimonio que por “Halcón 14” solo estaba permitido el ingreso de vehículos pesados y los que pertenecen a la escuela, así como el de la basura, gaseosa y algunos vehículos de la institución, los cuales se registran en las minutas. Aseguró que la reja de “Halcón 14” llevaba tiempo dañada por lo que ese día se colocaron cuatro conos para que salieran los vehículos.

Señaló que su compañero Felipe Buitrago le dijo que había dejado los conos a un lado para no estar quitándolos y poniéndolos; igualmente, le comentó que el carro bomba ingresó a toda velocidad y no atendió el llamado de atención, por lo cual el capitán Holger moduló por radio.

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Otro dato relevante es que, aunque la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Francisco de Paula Santander tiene cuatro guías caninos, “Halcón 14” no tiene ninguno.

El tercer testimonio es de un auxiliar de Policía de apellido Polanía: estaba de turno en la guardia principal y observó el recorrido del carro bomba cuando revisó las cámaras. También recibió las instrucciones de seguridad pertinentes y afirmó que el jefe de seguridad les dio charlas y los hizo firmar la respectiva acta. Coincide en que la puerta de acceso vehicular de “Halcón 14” se había dañado y que el espejo de verificar vehículos estaba roto.

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El cuarto testimonio es una mayor de apellido Jaramillo, quien estaba en un comité académico con estudiantes.

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El quinto testimonio es el de un intendente de apellido Acuña, quien el día del atentado terrorista estaba en la oficina de contratos.

El sexto testimonio lo entrega una teniente de apellido Zuluaga, quien explica que al escuchar la explosión ayudó a evacuar a los heridos.

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El séptimo testimonio es el de una teniente de apellido Martínez. Ella escuchó por radio al capitán Holger González llamar la atención por el ingreso de un vehículo. Advierte la Procuraduría, citando la versión entregada, que “al escuchar la explosión se encendió la alarma, se activaron los protocolos de seguridad por lo que «los auxiliares disponibles saben que deben reclamar armamento y presentarse en el punto donde prestó el último servicio» y ayudó a evacuar a los heridos”.

El otro testimonio es el de un intendente de apellido Pantoja. A él lo llamó el capitán Holger González para darle la orden de cerrar las puertas por la ceremonia que se estaba realizando. Cuando ocurrió la explosión, el capitán Holger González ordenó aplicar el plan de defensa, algo en lo que coincide el noveno testimonio, el del patrullero Rodríguez. El dato aquí es que en la puerta de acceso “Halcón 14” “se ubicaron conos porque la puerta estaba defectuosa y es muy pesada; no tenían información sobre un posible ataque”, señala la Procuraduría.

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El décimo testimonio es el del patrullero Rojas, operador de despacho de seguridad de la Escuela de Cadetes: “eran las 9:28 de la mañana, el capitán González informó de un carro que pasó junto a él a una velocidad superior a la permitida y casi lo atropella. Les pide a los centinelas en ese momento que le llamen la atención al conductor. 4 minutos después, a las 9:32, estaba entrando a la sala de cámaras cuando sintió la explosión”. Ese llamado del capitán González lo escuchó, por ejemplo, el auxiliar Suache.

Por supuesto, el testimonio del Capitán González también lo conoció la Procuraduría. Asegura que insistió en que se le pidiera al vehículo detenerse. Confirma los testimonios de otros policías, es decir, que activó el plan de defensa y tras la explosión, los planes de emergencia y evacuación de heridos.

Otro testimonio clave en poder de la Procuraduría es el del auxiliar de Policía de apellido Buitrago. Dijo que a las 9:00 de la mañana, poco más de 30 minutos antes de la explosión, el propio capitán González llegó con dos auxiliares a correr motos que estaban afuera de la garita. A los 20 o 25 minutos llegó el vehículo, que aceleró una vez pasó la entrada.

El intendente Beltrán le contó a la Procuraduría que la escuela cuenta con 11 caninos (nueve antiexplosivos, uno antinarcóticos y otro para terapias con niños).

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El otro testimonio es del auxiliar Lobotón, que cuenta cómo al escuchar la detonación fue hasta “Halcón 14” (pues estaba en “Halcón 13” minutos antes), con el objetivo de ayudar a cerrar la reja, lo cual no fue posible, por eso colocaron un cono. Advierte la Procuraduría que: “se activó la alarma y controló que no entraran personas desconocidas a la escuela”.

El auxiliar Dallos cuenta algo clave, él estaba en “Halcón 2” y se dirigió al carro cuando “el conductor retrocedió por lo cual trotó para alcanzarlo y le hizo señas sobre qué quería, pero el conductor le manoteó como indicándole que no lo molestara y siguió dando reversa; pasados menos de siete segundos, sintió la explosión y se activó el plan de defensa”.

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Otros estaban en la sala de juntas, como el mayor Sierra, quien al momento de la explosión acudió a atender los heridos. Junto a él estaba la entonces directora de la escuela, la brigadier Juliette Giomar Kure, que es una de las dos personas investigadas por el Ministerio Público. De hecho, ella renunció a dar su testimonio por medio de certificación jurada.

También entregó su versión el mayor Niño, jefe de la escuela de cadetes. La Procuraduría lo citó de la siguiente manera: “al escuchar la explosión y establecerse que había sido un carro bomba, se dirigió al campo de paradas para verificar las novedades de personal. Indicó que la puerta de “Halcón 14” no estaba dañada porque abría y cerraba de forma manual sin inconvenientes”.

“Mandan a revisar la puerta y la conclusión del análisis técnico del 24 de enero de 2019 para el arreglo de la puerta, fue el siguiente: «el motor de la puerta se encuentra fuera de servicio por varios años, además de esto se evidencia partes faltantes en las tarjetas controladoras y deterioro general de las partes del motor y suministro de energía al mismo»; sin embargo, «la estructura de la puerta de acceso se encuentra en optimas (sic) condiciones, se puede manejar manualmente por el momento»”, dice.

Adicional, el subintendente Huertas, quien es responsable de la infraestructura de la Dirección Nacional de Escuelas, explicó a la Procuraduría que “no tenía conocimiento de las necesidades de mantenimiento que requería la puerta de acceso de la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Francisco de Paula Santander”. Luego en diciembre le informaron y se hicieron las reparaciones necesarias.

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Las posibles fallas en la puerta, el manejo que se le dio a la emergencia y más elementos, están entonces en manos de la Procuraduría que avanza en la indagación.

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