Con la voz entrecortada y la esperanza como único escudo, la hermana del patrullero Yordin Fabián Pérez Mendoza alzó su voz para recordar que su hermano sigue secuestrado por parte del ELN en Arauca y hace un llamado urgente a la humanidad de los captores y al país entero: “Mi hermano no es un número más”.
Jordi, quien prestaba servicio en Bogotá, fue enviado a cumplir una misión en Arauca. El pasado 20 de julio, junto a otro uniformado de la Policía, fue secuestrado en el trayecto. Días después, el ELN reconoció tener a los dos policías en su poder.
Desde entonces, no hay más noticias sobre su paradero ni su estado de salud. La incertidumbre abruma a sus seres queridos, especialmente a su hermana, quien decidió hablar para hacer visible su angustia y lanzar un grito desesperado.
“Esta guerra que nos ha mantenido durante años está acabando con el país, está acabando con las familias, con mi familia está acabando”, dijo.
“Él solo estaba cumpliendo una orden. No es justo que lo traten como enemigo. Esta guerra está terminando con las esperanzas que quedaban de una Colombia buena”, añadió.
Más allá del llamado a la liberación, su mensaje fue de desgaste, por lo que reiteró que no representan ningún actor de la guerra, que son solo una familia común, con fe, que se aferra a la oración y al poder de la palabra para resistir.
“La única forma en la que mi familia y yo tenemos para hacer presencia, porque no hacemos parte de ninguna fuerza. Y a cualquier persona que esté escuchando, es muy importante hacer fuerza por él, en sus oraciones, en sus pensamientos, y también compartiendo para hacer algún tipo de presión”, concluyó.