Mientras en Bogotá se adelantaron los últimos homenajes el subintendente Ricardo Monroy, asesinado en medio de las manifestaciones en zona rural de San Vicente del Caguán, en Neiva se reunieron con sus familias los 78 policías que estuvieron por más de 30 horas secuestrados en los mismos hechos.
El patrullero Albiero Carvajal, uno de los liberados, le contó a Noticias Caracol, que fueron momentos duros y con malos tratos.
“Nos quitaron todo y, en mi caso yo no quería, pero teníamos que hacerlo. Apenas nos quitaron los celulares y la billetera, nos subieron a camiones como animales y nos dieron vuelta al pueblo como si fuéramos un trofeo de guerra. Nos llevaron allá al salón comunal y al compañero fallecido lo tiraron al lado de nosotros”, relató Carvajal.
El patrullero, además, dijo que la alimentación solo llegó hasta la noche de ese jueves y que lo más angustioso era no poder comunicarse con su familia.
“Ahora que nos encontramos es una felicidad, es como volver a nacer, encontrarse con los seres queridos y calmar las angustias, porque nosotros sabíamos nuestras condiciones, pero no podíamos llamarlos”, agregó.
Él, al igual que sus compañeros, tendrán una semana de permiso con su familia antes de retomar funciones, mientras que el cuerpo en Cómbita, Boyacá, se adelantarán las exequias del oficial Monroy.
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