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Colombia ya había intentado procesos de paz en gobiernos anteriores

El país tuvo intentos por llegar a un acuerdo con grupos guerrilleros, pero nunca había tenido resultados positivos. A continuación, un repaso por cada gobierno y sus intentos.

270322_Foto: Blu Radio
Multitudinario encuentro en la Plaza de Bolívar de Bogotá – Foto: Blu Radio

En el primer gobierno en el que se habló de diálogos de paz, fue en la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla, quien por primera vez planteó unos diálogos con las guerrillas liberales de aquel entonces, a mediados de la década del 50. Miles de militantes se acogieron a las amnistías que ofreció Rojas Pinilla.

 

Los esfuerzos de paz se esfumaron con la salida del General del poder, en medio de un paro nacional que se opuso a su reelección y lo obligó a renunciar y a irse al exilio.

 

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En ese entonces sectores radicales se opusieron al proceso que había iniciado y eso terminó alimentando a grupos subversivos armados, que además lucharon contra la exclusión política a la que fueron sometidos durante el Frente Nacional donde solo gobernaban liberales y conservadores.

 

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El pacto era eliminar cualquier partido que oliera a comunismo, en plena época de la Guerra Fría. El bombardeo a Marquetalia, en 1964, a manos del gobierno de Guillermo León Valencia, le dio una importante cuota a la acción armada de las Farc.

 

El siguiente intento de paz llegó con Belisario Betancourt, en 1982, cuando estaban vigentes el M-19, las Farc el ELN y el EPL. Se planteó un proyecto de amnistía, un cese al fuego, pero nunca la entrega de armas por parte de los insurgentes.

 

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Después de años de negociaciones, al final del gobierno de Belisario se dieron los primeros frutos con el nacimiento de la Unión Patriótica como alternativa política de izquierda. Sin embargo, por distintas circunstancias, el presidente Betancourt unilateralmente rompió el cese al fuego y vino la toma del M-19 al Palacio de Justicia, que tuvo un fuerte coletazo en las negociaciones de paz de la época.

 

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Llegó el gobierno de Virgilio Barco, con ánimo de negociar, pero también con la intención de combatir con todas las fuerzas del estado al narcotráfico, en medio de poderosos carteles que se oponían a la extradición.

 

Los narcos se aliaron con paramilitares para exterminar a los militantes de la Unión Patriótica, que era el movimiento político que había surgido de la desmovilización de las guerrillas marxistas.

 

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El gobierno de Virgilio Barco siempre había sido muy cauto con otros movimientos guerrilleros como fue el caso de las Farc, con el cual hubo permanentes diálogos, desde 1984, en una sede campamentaria conocida como Casa Verde.

 

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Sin embargo, en 1988, como respuesta a los constantes asesinatos de militantes de la Unión Patriótica, las Farc asesinaron al Ministro de Defensa, el general Manuel Jaime Guerrero Paz y en los dos años siguientes arreciaron sus ataques en todo el país, en busca de participación en la Asamblea Constituyente que se venía venir.

 

En ese muy difícil contexto, la guerrilla del M-19 se comprometió a dejar las armas a cambio de hacer parte de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y fue así como desapareció ese movimiento como grupo armado. Uno de los desmovilizados de aquel entonces fue Antonio Navarro Wolf.

 

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Sin embargo, las FARC, el ELN y el EPL mantenían su lucha. En medio de la arremetida de las Farc, el electo presidente César Gaviria Trujillo, que llegó al poder después del asesinato de Luis Carlos Galán a manos de la mafia, decidió bombardear Casa Verde y lejos de lograr su cometido fortaleció la lucha guerrillera.

 

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Dos años más tarde, En 1992, Gaviria decidió negociar nuevamente en lo que se llamaron los diálogos de Taxcala, en territorio mexicano y se creó la Coordinadora Simón Bolívar que reunía a los guerrilleros de las Farc, del ELN y del EPL.

 

Luego, los diálogos se trasladaron a Cravo Norte, en los llanos orientales de Colombia, hasta que el EPL secuestró y asesinó al ex ministro de Estado Argelino Durán, un hecho que hirió de muerte las conversaciones.

 

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El siguiente intento vino en el gobierno de Andrés Pastrana quien desde la campaña a la presidencia prometió un diálogo de paz con las Farc, los cuales se instalaron el 7 de enero de 1999 con el recordado episodio de la silla vacía.

 

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Aún así, Pastrana siguió adelante y decretó el despeje del Caguán, que significó la salida de la fuerza pública de un territorio de 42 mil kilómetros de extensión.

 

Pero lo que aparentemente fue un gesto de buena voluntad, terminó siendo un engaño de las Farc que utilizó ese territorio para fortalecerse y arreciar sus acciones criminales. Centenares de militares fueron secuestrados y esta vez se sumaron secuestros políticos.

 

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Las Farc secuestraron a dirigentes locales, mataron a la ex ministra Consuelo Araujo Noguera y la gota que rebosó la copa, fue el secuestro del avión de Aires en el que viajaba el entonces senador Jorge Eduardo Gechem, quien fue puesto en cautiverio. Esa misma noche el presidente Pastrana decidió terminar con el proceso de paz.

 

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Después llegó el gobierno de la Seguridad Democrática del gobierno de Álvaro Uribe, en el cual se dio el proceso de desmovilización de los grupos paramilitares y una incesante lucha armada y humanitaria para liberar a los secuestrados que estaban en poder de las guerrillas.

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