Quibdó en cuidados intensivos, parte dos: médicos sin salarios
Aunque se pactó un compromiso de remuneración luego de semanas de insistencia, el temor de nuevos incumplimientos persiste.
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“Está colapsado el Hospital San Francisco porque si uno se llega a partir un brazo aquí, no lo pueden atender porque lógicamente no estaba el especialista. Se suponía que eso estaba arreglado por la información que teníamos del director y creemos que la sociedad del Chocó y Quibdó no se merece que no tengan un hospital digno con unos especialistas que han prestado su trabajo y no les pagan”.
Esas fueron las palabras del defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, luego de realizar una visita y conocer de primera mano la situación de los especialistas del Hospital San Francisco de Asís.
Los más de 40 médicos especializados se fueron a un cese de actividades el pasado 30 de enero. En ese momento, enviaron una carta abierta al presidente Iván Duque, donde le dejaban en manifiesto la fuerte crisis que se vive en el “San Pacho”, le copiaron al ministro de Salud, a la Procuraduría, a la Contraloría y a las instituciones que pueden, de alguna manera, ayudar a encontrar solución.
Volvieron con la esperanza de que les cancelaran un mes, pero no fue así. La Secretaría de Salud departamental, en vista de la situación, emitió una circular en la que declaraba la alerta naranja en la red del municipio de Quibdó, solicitando a las IPS atender las urgencias de aquellos pacientes remitidos al San Francisco, por diez días, hasta el 9 de febrero pasado, cuando se esperaba corregir el problema.
¡Diez días! ¿Qué pasó? Nada distinto a que las deudas a los especialistas permanecieron, pero ellos, volvieron, sin ningún tipo de contrato diferente a una conversación con los encargados, donde las promesas, de nuevo eran las protagonistas.
La Procuraduría emitió un fallo en el que suspendió de manera provisional por tres meses al gerente del Hospital, Carlos Palacios, el pasado 7 de febrero, en vista de las dificultades encontradas en el lugar. De inmediato, el comité de los especialistas se reunió con el gobernador que recientemente llegó a ocupar el cargo, Ariel Palacios Calderón, y varios representantes del sector salud. Se comprometieron a girar en las próximas horas, al menos, dos meses de sueldo, y el giro de recursos por más de 1.200 millones desde el Ministerio de Salud, para ayudar a “tapar los huecos fiscales”, con los médicos.
“Nos parece muy importante lo que hizo el procurador de suspender por tres meses mientras inicia una investigación disciplinaria. Es preocupante que no esté funcionando como debería el hospital, y que el señor procurador y la Fiscalía entren a investigar si allá hubo algún tema disciplinario y de corrupción porque es muy grave”, recalcó el defensor del Pueblo, quien sorprendido con el estado del “San Pacho”, pidió a las autoridades ponerle la lupa a la gravedad de la situación.
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¿Pero qué pasa con la plata? ¡Vuelve y juega! Las EPS, responsables de desembolsar los recursos directamente a los hospitales, nuevamente endeudadas, recurren a excusas y dicen que no hay de dónde suplir los gastos. Pero la vitalidad se pone en alto riesgo.
Conversando con un grupo de especialistas, la postura puede llegar a ser de sentido común, pero los procesos médicos son tan estrictos, que todas las piezas del eslabón deben estar presentes, porque con una que falte, los resultados pueden ser caóticos.
¡ATENDER UN PARTO ES TODO UN PARTO!
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“Una complicación puede ser fatal, mientras no hay un ginecólogo o anestesiólogo, la mujer se nos puede morir (…) Todos los días recibo niños en estado crítico, mi colega es ginecobstetra y atiende partos, pero si yo no estoy en el primer minuto, en la atención de ese parto, pues el niño se muere”, relata uno de los médicos.
“Muchas de las pacientes que llegan a ginecología y obstetricia, no se controlan, se ve que el riesgo de infectarse es muy fácil. Llega una paciente a urgencias y se pasa a quirófano, la estás operando, te pinchas, y resulta que esa paciente por la misma urgencia, no se le hace el perfil infeccioso y cuando se hace, se da uno cuenta que tiene una enfermedad. Entonces la situación puede volverse más grande, y de ahí, la necesidad de especialistas y expertos en la atención”, cuenta otro.
En Quibdó, con una alta tasa de natalidad y a su vez de fatalidad al nacer, la recurrencia a servicios de salud incrementa en la medida en que las acciones de protección desde el gobierno local no son suficientes. Las calles atestadas de motocicletas, y en ellas, conductores que transitan pitando de manera exagerada, sin casco, ni elementos para salvaguardarse, hace que los traumas craneoencefálicos se sumen a los líos, y las peticiones de citas médicas y requerimientos de urgencias por ese diagnóstico llenen las puertas de los hospitales.
Las necesidades básicas insatisfechas reportadas por el DANE en el censo de 2018, dan cuenta de una proporción de toda la población de ese municipio que alcanza el 72%, mientras que la misma proporción en miseria es del 11%, situación que empeora con la prestación en salud, que aunque no es precaria, sí registra una serie de problemas que no ven solución a corto plazo.
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Es débil la prestación de servicios de urología en adultos mayores. Según los médicos, muchos tienen problemas de próstata, otros tantos requieren atención psiquiátrica, oftalmología, ortopedia, y aunque se presta el servicio como se dice coloquialmente “con las uñas”, no es suficiente, pues, aunque la mayoría llega al Hospital San Francisco, el llamado para mejorar la atención de primer nivel sigue latente.
¿Pero qué motiva a los médicos a seguir trabajando pese a los incumplimientos?
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¡Esto es puro corazón!
¿Si uno se va quién atiende a la gente? ¡Es muy difícil dejar al pueblo sin atención! Dice una de las especialistas con las que converso, mientras que otro de los médicos, recuerda que aún, sin tener un contrato firmado, su misión en la salud va más allá y le cuesta ver a los pacientes esperando una atención. Se pone su bata y “primero la vida”, replica.
Aunque varios de los especialistas dejaron sus tierras natales en otras regiones de Colombia para ejercer sus profesiones en el Chocó, dicen no regresarse a sus pueblos porque tienen una misión, y su vocación está alrededor de las aguas del Atrato, recibiendo a los indígenas que desde su ancestralidad les enseñan a cuidar la vida, que llegan a Quibdó con la sabiduría del Baudó, de Riosucio, de Beté, de ese Pacífico selvático que aún guarda en sus entrañas la historia de un país, al que le ha entregado sus recursos y su naturaleza, pero que históricamente no le ha devuelto ni las gracias y le ha quebrado el natural corazón.
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Después del acuerdo con las entidades al tanto, los médicos piden que les paguen lo que les deben y les mejoren sus condiciones laborales.
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