Cúcuta manejada por Skype. Transporte público y otros
Opinión de Aurelio Suárez Montoya
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En septiembre de 2017 circuló entre la ciudadanía de Cúcuta una carta abierta del concejal de dicha ciudad, Miguel Ángel Flórez Dávila, del partido de la U, encabezada con la etiqueta #YoSoyRamiroSuarez, quien afirma que “al estrechar su mano y mirando fijamente a sus ojos comprendí por qué de su grandeza”. Se refería al reconocido ex alcalde Suárez, condenado a 27 años de cárcel por ser determinante del asesinato de un ex Contralor.
Si no tuviera algo especial, dicha declaración podría ser una más del vasallaje que muchas personas, personalmente o por vía Skype, le rinden a diario al ex alcalde recluido, como lo han denunciado los portales La Silla Vacía y Las 2 Orillas y el columnista del diario La Opinión, Renson Said: el concejal de marras es el hijo de Miguel Ángel Flórez Rivera, un político tradicional, fundador de Apertura Liberal, el movimiento de la “carita feliz”, y quien figura como propietario de la más pujante empresa de transporte de Cúcuta y municipios aledaños: Transportes Ontiveros.
El caso de Ontiveros se ha vuelto centro del debate sobre la movilidad en la capital de Norte de Santander por varias razones: Fue fundada en 1988, pero en mayo de 2014 pasó de ser Sociedad Anónima para convertirse en SAS y aumentar su capital. Ya para finales de 2016 tenía presencia en al menos 8 rutas –en la modalidad de transporte colectivo–. Acto seguido, varias resoluciones expedidas casi en forma exprés le ratificaron unas modificaciones que facilitarían recorridos con más cobertura y, por ende, con mayor rentabilidad. De repente, en junio de 2017, Flórez Rivera entró como gerente y socio determinante, según los papeles de TransOntiveros.
Contrario a lo prometido por el alcalde César Rojas, quien se cataloga como “hijo” de Ramiro Suárez, el sistema masivo de transporte que implementó su Administración fue una flota de 24 taxis blancos, la mayoría chinos, muchos matriculados en Villa del Rosario, utilizando de modo acomodaticio “la disponibilidad” de rutas con este modo de transporte colectivo de 4 pasajeros. Con este truco, desplazó los microbuses de otras empresas, taxis tradicionales y, a nombre de esta formalidad –obtenida sin licitaciones ni los estudios obligatorios– sacó de ruta a los vehículos que por años sirvieron al vecino municipio de Los Patios o a la poblada zona de Los Motilones. ¿Cuánto de todo esto hay detrás del #YoSoyRamiroSuarez, la etiqueta enarbolada por el concejal Miguel Ángel Flórez Dávila? La Silla Vacía sintetizó: “Miguel Ángel papá fue nombrado en la gerencia de Transportes Ontiveros, empresa que está detrás de la formalización de los piratas en Cúcuta y que también tiene encima la sombra del condenado exalcalde”.
Pero el recluido Ramiro Suárez no solo incide en los actos administrativos del Área Metropolitana de Cúcuta (AMC). También en la conformación de mayorías en el Concejo Municipal y en la elaboración de las listas al Congreso de la República. Aunque inicialmente iba a incluir en la de Cámara de Norte de Santander por Cambio Radical a su hija, Paola, al final la confeccionó con otras personas que le han mostrado toda su afinidad como Nelson Parada, llave del alcalde Rojas; Liliana Mora, que se ha hecho de la mano de Ramiro; y Jairo Cristo, moldeado también por Ramiro Suárez en la política, otro de sus “ahijados”.
Hace poco, el candidato al Senado, Rodrigo Lara Restrepo, fue a Cúcuta y destacó: “Hay una lista de personas buenas, hay confianza y veo en el movimiento una alternativa seria de cambio”, cuando recibió el apoyo de Parada. Seguramente en él opera el mismo criterio que esgrimiera otro viejo amigo de Suárez Corzo, Juan Fernando Cristo, cuando se le inquirió al respecto: “La política local opera con una lógica diferente”, como lo cita James Robinson en un texto sobre Colombia.
En medio de la gravísima crisis que hoy vive Cúcuta, estos entronques reforzarán el manejo de la capital de Norte de Santander por Skype desde La Picota, allí – de seguir así- se continuará decidiendo no solo sobre el transporte sino hasta los más recónditos aspectos de su vida ciudadana. ¿Se le perpetuará “patente de corso” a Ramiro Suárez para ello?
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Nota: En la columna sobre el impuesto predial de Barranquilla, por error de digitación, escribí que su calificación crediticia –según BRC Standard & Poor’s- era AAA con perspectiva negativa cuando es AA con igual perspectiva. Rectifico a solicitud de dicha firma y necesaria por las diferencias que existen entre ambas categorías.