Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba notificaciones de Blu Radio para tener las principales noticias de Colombia y el mundo.
No activar
Activar

Educación y formación en valores éticos son cruciales para prevenir la corrupción

Creo que la corrupción es un fenómeno social y cultural moldeado por factores como las instituciones, las normas y los valores de una sociedad.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Blu Radio.

Mientras hacíamos la fila, una persona se coló sin el menor remordimiento. La gente comenzó a gritarle, pero ella se hizo la desentendida y siguió adelante. La persona detrás de mí comentó: "No es justo, llevamos más de dos horas aquí y esta persona actúa de esta manera. Después se quejan de la corrupción, pero estas pequeñas acciones son las que muestran que nos hemos acostumbrado a vivir al margen de la ley y de los valores éticos".

Con un gesto de serenidad, traté de calmarle. Aunque su afirmación puede parecer exagerada, reconozco que tiene razón. La validación de pequeños actos corruptos fomenta una cultura de corrupción que, con el tiempo, parece imposible de erradicar. Tanto es así que algunos autores consideran que la corrupción es inherente al ser humano, argumentando que la búsqueda de poder, la codicia y el interés propio forman parte de nuestra naturaleza. A lo largo de la historia, efectivamente, se han registrado actos de corrupción en todas las sociedades, lo que podría sugerir una tendencia universal.

Publicidad

Me niego a aceptar esta perspectiva. Creo que la corrupción es un fenómeno social y cultural moldeado por factores como las instituciones, las normas y los valores de una sociedad. Por ello, estoy convencido de que la educación y la formación en valores éticos son cruciales para prevenirla. Esto también implica fortalecer las instituciones, ya que un sistema legal débil, la falta de transparencia y mecanismos de control inadecuados facilitan la corrupción. Además, cuando los actos corruptos no son castigados, se crea un clima de permisividad que incentiva a otros a actuar de la misma forma.

En este Día Internacional contra la Corrupción, es fundamental reflexionar sobre la importancia e impacto de esos pequeños actos corruptos que se cometen a diario. No basta con señalar a los corruptos; es necesario sancionarlos socialmente y, más importante aún, ser ejemplos de acciones éticas y rectas. De lo contrario, como sociedad, seguiremos padeciendo este flagelo.

Publicidad