Es el momento de la sensatez. El llamado a los mandatarios, a los líderes y en general a todos los ciudadanos no debe ser distinto al de respetar las opiniones contrarias y buscar consensos.
Este viernes es una nueva jornada de luto para Colombia. Cali, la sucursal del cielo, a esta hora de nuevo se tiñe de sangre por la intolerancia y por la ausencia del Estado que es el que está llamado a ser garante de los derechos de todos.
Este es el momento de que todos quienes tienen influencia sobre la opinión, asuman con mesura e inteligencia su rol clave dentro de la sociedad.
Quienes hacen cálculos políticos en torno a la crisis, deberían incluir en su ecuación que quizás al final de este macabro juego, no haya país para gobernar, y esto aplica para todo el espectro político, sin distinciones ni banderas.
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Al Gobierno y a los integrantes del Comité del Paro, solamente un llamado urgente para que dejen de lado los inamovibles y se sienten a la mayor brevedad posible para enviar al menos un primer mensaje de concordia, en medio de este incendio.
A quienes a esta hora protestan pacíficamente, el llamado a que sigan por esa senda, respetando los derechos de quienes no apoyan su causa o miran la perspectiva desde otra óptica.
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En las manos de todos está la posibilidad de controlar este incendio social. El diálogo y la mesura son el camino para evitar que iniciemos un nuevo ciclo de violencia.
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