Una de las grandes preguntas que han surgido en la opinión pública tras las movilizaciones sociales que han tenido lugar en el país desde el pasado 21 de noviembre, comienza a tener respuesta.
Aunque desde hace ya varios años, los bogotanos y los habitantes de otras ciudades hemos observado cómo en manifestaciones pacíficas terminan apareciendo grupos de encapuchados que se dedican a lanzar explosivos artesanales y a destruir locales comerciales, hasta ahora, con motivo del paro nacional y de las marchas recientes, los ciudadanos y sobre todo, las autoridades, les han puesto la lupa con mayor atención.
Vea también: Urge grandeza de las partes para que el paro no se extienda: opinión de Ricardo Ospina
Tras las revelaciones hechas por BLU Radio sobre la forma en la que los jefes de las disidencias de las Farc alias 'Gentil Duarte' y alias 'Iván Mordisco' estratégicamente decidieron infiltrar algunas universidades, así como varias ONG y hasta algunas tribus urbanas, queda claro que todavía hay grupos ilegales que mantienen el mismo modus operandi tradicional de las viejas guerrillas colombianas.
Sobre la información que tienen en su poder las autoridades colombianas, preocupa que la estrategia de reclutamiento por parte de las disidencias de las Farc también incluya a varias universidades privadas, que se usen como fachada supuestas membresías a varias ONG y también que entre otras cosas, algunos de sus cabecillas estuvieran planeando el uso de drones de gran capacidad de carga contra la Fuerza Pública.
Conozca más: No más muertos por violencia, el mejor homenaje a Dilan: opinión de Ricardo Ospina
Pero principalmente, inquieta profundamente el nivel de detalle de algo que era un secreto a voces pero que ahora se confirma y es que los 'alfiles' criminales de las disidencias de las Farc, van permanentemente a Venezuela a recibir instrucciones y dinero en efectivo que sirve como combustible para intentar 'incendiar las protestas'.
Es un buen primer paso que la Fiscalía y la Policía hayan logrado capturar a quienes señalan de ser los jefes de los desmanes en las protestas en Bogotá, pero hay que continuar indagando sobre otros grupos dedicados a sabotear las manifestaciones.
La captura de estas seis personas además debe servirnos para tener muy claro que la legítima movilización de diferentes sectores sociales inconformes con el gobierno, no puede ser manchada por los vándalos, a quienes pareciera que precisamente solo les interesa desvirtuar las manifestaciones.
Escuche esta columna de Ricardo Ospina en Mañanas BLU: