Urgen medidas para detener el abuso de nuestras niñas y los embarazos tempranos

A veces cierro los ojos y vuelvo a estar en el barrio donde me críe. Recorro sus calles, gozo los juegos con pelota de trapo y recuerdo lo seguro que era el barrio para nosotros, los niños de ese momento. Claro, de alguna manera todos nos cuidaban y velaban porque nada malo nos pasara. Era como si casi todos los adultos fueran nuestros tutores y cuidadores.Ese recuerdo choca con la realidad de hoy, en la que constantemente escuchamos noticias de violencia y abusos de todo tipo contra niños y niñas.Tengo la certeza de que esas cifras crecientes son manifestación de lo insana que es nuestra sociedad. Por ejemplo, este miércoles me encontré con las cifras del informe que hace el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, en el que se muestra que en el 2021 Colombia registró 612.228 nacimientos, de los cuales 111.548 corresponden a los de madres que son niñas o adolescentes entre los 10 y 19 años, y 4.732 de esos nacimientos son de madres que apenas tenían entre 10 y 14 años. Este dato prende las alarmas, porque está claro que una niña no está preparada psicológicamente para ser madre, por eso quedo con dos preocupaciones bien fuertes:Primero la manera como se les está educando sexualmente a los niños y las niñas de nuestra sociedad; algo no se está haciendo bien si se obtienen estos resultados. Con tanto miedo que se le ha tenido a la sexualidad, lo único que hemos logrado es una distorsión de esta dimensión tan fundamental para la realización de cualquier ser humano.Tal vez lo más preocupante es que las niñas y adolescentes estuvieron expuestas a abusos y situaciones de violencia en sus casas durante las cuarentenas decretadas por el COVID. Lo que es más grave, porque supone que son aquellos que tienen como función cuidar a las menores, quienes podrían estar abusándolas.Debemos tomar rápidamente medidas de todo tipo: educacionales, legales y sociales, porque esto además de ser manifestación de la insania mental, también termina dañando el proyecto de vida de las niñas del país y de la sociedad en general.