Colombia tiene más de 70 precandidatos presidenciales; experto advierte confusión en la ciudadanía

La fragmentación electoral ha marcado una pauta significativa en el ámbito político colombiano en este ciclo electoral. Según Nicolás Liendo, oficial del programa para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional, la creciente cantidad de candidatos presenciales—más de 70 según las últimas cifras—puede estar minando la estabilidad democrática del país. "Esta enorme cantidad de candidatos afecta a la democracia porque puede confundir al electorado", afirma Liendo. La realidad es que la población se encuentra más concentrada en los nombres que en las propuestas, lo que podría llevar a un aumento del abstencionismo. "Hay tantos candidatos que muchos pueden sentirse confundidos, lo que les lleva a decidir no votar", explica. Este fenómeno, que no solo se limita a Colombia sino también a otros países de la región, se traduce en un escenario donde se habla más de la personalidad de los candidatos que de los problemas esenciales que enfrenta la nación, como la seguridad, la salud y la economía. No obstante, otros, como el precandidato Daniel Palacios, sostienen que la diversidad de candidaturas es motivo de orgullo para la democracia, señalando que "es un buen indicativo de que hay muchas personas dispuestas a tomar la iniciativa". Sin embargo, Liendo matiza esta opinión, señalando que, si bien es normal que en una precampaña muchas personas busquen aspirar a la presidencia, esta sobreabundancia puede diluir las posibilidades de gobernabilidad futura. Uno de los factores que alimenta esta dinámica es la crisis de los partidos políticos tradicionales, que no han logrado renovarse ni adaptarse a las nuevas realidades. Según un estudio de Latinobarómetro, solo el 9% de los colombianos confían en los partidos, lo que empuja a los candidatos a buscar alternativas independiente. El reto de la gobernabilidad Liendo destaca que la dificultad en construir coaliciones de gobierno se intensifica a medida que aumenta el número de candidatos. Esto lleva a que, aunque un candidato gane la presidencia, a menudo se ve obligado a negociar apoyos para formar un gobierno. Esta falta de alianzas efectivas puede resultar en un estancamiento en la resolución de problemas prioritarios para la ciudadanía. Además, la proliferación de canales digitales, como TikTok, ha permitido que hacer política sea más accesible y económico. Sin embargo, esta facilidad para lanzar candidaturas también puede significar que no todas están basadas en propuestas sólidas. La automatización y el uso de las redes sociales han llevado a campañas más centradas en las emociones que en debates programáticos.