El acuerdo con las Farc, el sello del saliente Gobierno

Juan Manuel Santos tiene quizá el balance más positivo en temas de paz. En su Gobierno firmó el acuerdo de paz que permitió el desarme y desaparición de la guerrilla de las Farc y la convirtió en grupo político, al ELN lo logró sentar en la mesa de diálogo y en dos oportunidades hubo acuerdo de cese al fuego. A eso hay que sumarle que dejó firmada la ley de sometimiento a la justicia para las otras estructuras consideradas grupos organizados o bacrim.La búsqueda de la paz, sin duda, fue la bandera de Juan Manuel Santos. Y aunque la firma del acuerdo con las Farc le mereció el Premio Nobel de Paz, terminó su Gobierno y deja la implementación de los acuerdos en poco más del 19 %.Entre tanto, el panorama con el ELN es muy diferente; el jefe negociador del Gobierno con esa guerrilla, Gustavo Bell, confirmó que quedan acordados los puntos centrales, pero la incertidumbre de lo que pase con estas guerrillas es creciente.Vea también: Por primera vez, la Farc entra a la Casa de Nariño “No nos pusimos de acuerdo con el ELN en los protocolos sobre la seguridad para ellos y sobre movilidad para los guerrilleros, puntos que tienen que estar resueltos para que la ONU y la Iglesia (católica) puedan verificar, porque no nos entendimos en qué iba a ser una violación a ese cese”, explicó Bell en su última declaración como jefe del equipo negociador.El país logró la cifra más baja de homicidios en los últimos cuatro años, sin embargo, la salida del presidente Santos coincide con un serio empeoramiento de los problemas de orden público por la consolidación y creación de grupos ilegales.“Las disidencias de las Farc tienen hoy 1.200 integrantes, el ELN tiene 1.600 hombres y el Clan del Golfo 1.400 delincuentes. Son los cálculos oficiales que tenemos por conteo de las Fuerzas Militares”, intentó explicar una y otra vez el saliente ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.Pese a los avances de paz, hoy parecen innegables graves problemas de seguridad en tres regiones del país, donde pareciera que la paz se mantiene como utopía: el Catatumbo, el Pacífico y Antioquia se convirtieron en el terreno propicio para que el cóctel de grupos ilegales y hoja de coca afectada a la población civil.“Los civiles son hoy los más afectados. En el Catatumbo los enfrentamientos y masacres están reapareciendo. Allí en el año en que termina el actual gobierno se han desplazado 10.000 personas y en el Pacífico las disidencias de las Farc tienen en jaque a las comunidades rurales”, denunció recientemente la ONU y la Defensoría del Pueblo.