
El pastor Andrés Corson enfatiza que la generosidad es un principio bíblico fundamental que trae recompensas divinas. Citando varios pasajes bíblicos, destaca que Dios bendice a quienes ayudan a los necesitados con un corazón sincero. En Mateo 6:4, Jesús enseña que las obras de caridad deben hacerse en privado, y Dios, que todo lo ve, recompensará a los generosos.
En Proverbios 14:21 y 22:9, se menciona que quienes se compadecen de los pobres son felices y bendecidos. Deuteronomio 15:10 insta a dar con generosidad y sin resentimiento, asegurando que Dios bendecirá todas nuestras acciones. Además, Salmo 41:1-3 enumera ocho bendiciones para los generosos, incluyendo protección, prosperidad y salud.
El pastor también advierte sobre las consecuencias de no ser generosos. En Proverbios 21:13, se afirma que quienes ignoran el clamor de los pobres no recibirán ayuda cuando la necesiten. Isaías 58:7-9 promete que al ayudar a los necesitados, Dios responderá a nuestras oraciones y nos guiará.
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