“Antes atracaban, pero no mataban”: experto de seguridad alerta el incremento de violencia en Bogotá
Tras el asesinato de Jean Claude Bossard, Hugo Acero señaló que los hurtos en Bogotá "anteriormente eran menos violentos".
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En la reciente emisión de El Radar del 6 de diciembre, el experto en seguridad Hugo Acero analizó el asesinato de Jean Claude Bossard, el joven de 29 años que murió en un intento de hurto cometido por dos menores de edad en el norte de Bogotá. El caso, que generó preocupación en la ciudad durante la celebración de las velitas, abrió un espacio para discutir la transformación de los delitos callejeros y la violencia con la que están ocurriendo.
Durante la conversación, Acero planteó que hechos como este reflejan un cambio evidente en las dinámicas del crimen urbano. Lo explicó con una frase directa: “Estamos ante un fenómeno que anteriormente era menos violento. Realmente la gente la atracaban, pero no la mataban.” Para él, esa diferencia marca un punto de quiebre que las autoridades no pueden pasar por alto.
Acero señaló que los atracos dejaron de ser actos improvisados y hoy se comportan como operaciones más organizadas. Comentó que incluso dos jóvenes en una moto “ya funcionan como una banda”, con zonas de acción definidas, rutinas, armas y rutas de escape previstas. Eso, dijo, explica por qué en este caso la comunidad ya había reconocido la moto naranja utilizada en varios robos, pero no existió una reacción institucional oportuna.
El experto insistió en que uno de los principales vacíos está en la investigación criminal. “No hay suficientes hombres y mujeres dedicados a la inteligencia, no solo en la policía sino también en la fiscalía”, afirmó. En su concepto, sin capacidad investigativa es difícil anticiparse a estructuras delictivas que se mueven con rapidez y que incluso reclutan menores de edad por la baja sanción penal que enfrentan.
A esto se suma —según explicó— la debilitación de los frentes locales de seguridad. Años atrás Bogotá llegó a tener más de 7.200 grupos comunitarios trabajando con la policía, pero muchos se han desactivado. “La policía se fue separando de las comunidades”, dijo Acero, subrayando que esa desconexión reduce la posibilidad de identificar patrones delictivos y reaccionar.
El debate también tocó un punto sensible: la frustración ciudadana con la justicia. Con una tasa de judicialización baja, la percepción de impunidad alimenta discursos de mano dura y, en algunos casos, intentos de justicia por cuenta propia. Acero fue claro al rechazar esa salida: “Eso termina convirtiendo a los ciudadanos en homicidas”.
Además, cuestionó la falta de liderazgo desde el Gobierno Nacional para coordinar la seguridad. “Necesitamos un comandante en jefe de la fuerza pública y eso se llama presidente. No lo tenemos”, dijo, al señalar que se requieren recursos, aumento del pie de fuerza, y ajustes legales, especialmente en reincidencia.
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Aunque algunas cifras oficiales muestran mejoras parciales, la sensación en la calle sigue siendo de inseguridad. Para Acero, el camino es fortalecer la relación con la ciudadanía y entregar resultados sostenidos. Una tarea que, como advirtió, no admite dilaciones.