Pillan a hombre lavando chorizos en la calle con agua lluvia en este barrio de Bogotá

La comida callejera es, sin duda, uno de los mayores atractivos culinarios para miles de ciudadanos, especialmente en ciudades como Bogotá, donde miles disfrutan de sus comidas preferidas. Sin embargo, detrás de su popularidad se esconden riesgos significativos para la salud pública debido a la falta de higiene y control. Los puestos de comida en la calle presentan desafíos en materia de salubridad. Entre ellos se destacan la calidad del agua utilizada, la acumulación de residuos sólidos, una deficiente conservación de los alimentos y el uso de equipamiento inapropiado para preparar los productos. Recientemente, un video viral en redes sociales puso en evidencia esta problemática, mostrando a un hombre lavando chorizos con agua de lluvia en plena calle en el barrio del Tunal, Tunjuelito, en Bogotá, la noche del 10 de julio. Un estudio realizado por el Laboratorio Departamental de Antioquia en Medellín reveló cifras alarmantes sobre la contaminación en estos alimentos. Se determinó que un 61% de los productos estaban contaminados con coliformes fecales, un 40% con estafilococos, 38% con salmonella, 31% con coliformes totales, 25% con mesófilos y un 15% con Listeria monocytogenes. Estas bacterias son causantes de graves enfermedades como el botulismo, la disentería, meningitis, fiebre entérica, tifoidea, gastroenteritis, daños renales e incluso artritis. Pero los riesgos no se limitan solo a la higiene.La calidad nutricional de la comida callejera es otra preocupación importante, ya que no existe un control al respecto. Estos alimentos suelen ser hipercalóricos y muy ricos en grasas saturadas, grasas trans, azúcares libres y sodio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la ingesta calórica debe ser consistente con el gasto calórico para evitar enfermedades como la obesidad. Por esta razón, se requieren acciones reguladas y concertadas para su uso, especialmente porque la falta de prácticas higiénicas por parte de los vendedores ambulantes convierte la venta de alimentos en la calle en un peligro real para la salud de los ciudadanos, ya que los alimentos pueden estar contaminados.