Anestesiólogos se fueron a paro en red hospitalaria del Atlántico por falta de pagos
Especialistas estarían reclamando pago de sus sueldos, los cuales estarían pendientes desde marzo.
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Mientras en el país, varias clínicas y hospitales están anunciando la suspensión de varios de sus servicios, en la red pública departamental del Atlantico, ESE UNA, se estaría dando un desmonte silencioso de los mismos, por el que se están generando alertas desde diferentes sectores.
Por ejemplo, en el hospital Juan Domínguez Romero, que tiene capacidad con 130 camas para hospitalización, solo se estaría dando una ocupación entre el 10% y el 20%, pues se habrían realizado numerosas remisiones a otras clínicas.
Además, varios médicos especialistas han renunciado, pues desde marzo están pendientes por recibir pagos de sus salarios, lo que tiene reducida la prestación de servicios.
A esto se suma que desde el pasado 27 de junio hay paro de anestesiólogos en toda la red, lo que tiene afectada la prestación de servicio para todo tipo de procedimientos en los que les requieren.
“Después de múltiples solicitudes verbales y escritas sin una solución concreta, y ante la acumulación de varias mensualidades adeudadas, nos vemos en la necesidad de tomar la decisión de entrar en cese de actividades programadas y valoraciones preanestésicas, a partir del 27 de junio del presente mes, hasta tanto no se nos realice el pago correspondiente a por lo menos dos meses de los honorarios actualmente pendientes. Queremos dejar claro que, en cumplimiento de nuestra ética profesional, continuaremos atendiendo exclusivamente los procedimientos de urgencia vital”, indican los profesionales en una carta enviada el 26 de junio a la gerente de la ESE UNA.
Lo que advierten expertos del sector salud como Dieb Malof, presidente de la Clínica Internacional La Misericordia, es que la crisis de la red pública está cargando a la red privada en la que solo se acumulan solicitudes de pacientes y deudas porque los dineros que reciben no son suficientes.
“La red privada no tiene su atención suficiente. La red privada pueda soportar este tipo de embates. Hay muchos pacientes que vienen a ser atendidos aquí. Tenemos muchos comensales y no sabemos quién paga la cuenta. Muchas clínicas privadas han cerrado sus servicios”, cuenta.
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A su vez explica que esta es una crisis sin precedentes que está llevando a que en Barranquilla se esté proyectando el desmonte de algunos servicios, pues en muchas clínicas han tratado de aminorar la oferta de camas. Esto, por ejemplo, con algunos servicios como la ruta materno infantil, para así especializarse y aminorar costos.
“Cuando pedimos a la banca que den préstamos a largo plazo, la banca también está pesada por la crisis de sostenibilidad del sistema. Estamos viendo cómo logramos llegar a final de año. Esto nos tiene preocupados. Ya cerramos un primer semestre con un débito grande, estamos pensando cómo cerrar el año. Todas las clínicas en el mismo panorama. Estamos clamando por un diálogo”, manifiesta el también excongresista.
Lea aquí la carta:
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