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Se agudiza la crisis de la red de salud en el Valle del Cauca, pues ya se reportan los primeros cierres de servicios en el departamento. Principalmente, los enfocados en la atención prenatal y de la primera infancia. El caso más reciente fue el cierre del área de recién nacidos de la clínica Palmira.
La secretaria de Salud del Valle del Cauca, María Cristina Lesmes, aseguró que, a pesar de los esfuerzos, mensualmente la cartera de las EPS se incrementa en 250.000 millones de pesos.
"Tenemos el recurso humano que depende de las plantas pagado, pero a los especialistas y a los contratistas externos les debemos hasta dos meses, eso en lo público. En lo privado hay cierre de servicios como los de pediatría, de gineco obstetricia y muchas especialidades porque no hay como financiarlos, es crítica la situación financiera en lo público y lo privado", señaló la secretaria.
Las instituciones que se encuentran en situación crítica, a nivel financiero, son el Hospital Tomás Uribe Uribe de Tuluá, San Juan de Dios de Cali, el Isaías Duarte Cancino y el Mario Correa Rengifo, siendo este último uno de los más afectados con la falta de pago.
"Solamente en el 2024 tuvimos una deuda de 19.000 millones de pesos, un recurso bastante importante para nuestra institución, y con vigencias anteriores se eleva a 46.000 millones", aseguró Juan Carlos Corrales, gerente de este hospital en la ladera de Cali.
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