El Tribunal Administrativo de Santander ha admitido una acción popular en la que se solicita la intervención urgente en el puente conocido como Pescadero, ubicado en la vía que conecta Bucaramanga con San Gil, el cual se encuentra actualmente en riesgo de colapso.
La preocupación por el estado de esta infraestructura es creciente, pues es un punto clave que conecta el oriente del país con el centro, y su deterioro podría generar graves consecuencias para los habitantes y la economía de la región.
La acción popular fue interpuesta contra el Instituto Nacional de Vías, el Ministerio de Transporte y la Gobernación de Santander, quienes son señalados por presuntas deficiencias en la infraestructura y la erosión en uno de los soportes del puente.
Según el demandante, a pesar de que la situación ha sido conocida por las entidades responsables, hasta la fecha no se han tomado medidas adecuadas para mitigar el daño ni evitar una posible emergencia en la vía nacional 45A.
Imágenes recientes de la zona muestran cómo fragmentos del puente se están desprendiendo y cayendo sobre el río Chicamocha, lo que pone en evidencia la gravedad de la situación. Los habitantes de los municipios que colindan con el puente ya han solicitado a la Oficina de Gestión del Riesgo que tome cartas en el asunto para evitar un desastre mayor.
Además, los conductores de transporte pesado que transitan a diario por la zona afirman que ya han denunciado que las uniones del puente presentan serias afectaciones, con una unión encima de otra y, aunque se le ha colocado asfalto, el constante paso de vehículos provoca que este se levante nuevamente, dejando grandes huecos que afectan tanto a los vehículos como a la estructura del puente.
La comunidad, así como los conductores que dependen de esta vía, hacen un llamado urgente a las autoridades para que destinen los recursos necesarios y se realice la intervención que evite una tragedia y de ser necesario construir nuevamente el puente.