La reciente aprobación de la reforma a la salud en la Cámara de Representantes ha encendido las alarmas entre expertos del sector. El doctor Ramón Abel Castaño, médico y máster en salud pública, expresó su preocupación en una entrevista con Sala de Prensa, advirtiendo sobre los riesgos que esto podría traer para la atención de los pacientes.
¿Qué cambia en el sistema de salud?
Según explicó el doctor Castaño, el modelo de afiliación cambiará radicalmente. “Uno ya no se va a afiliar a una EPS, sino al CAPS, el Centro de Atención Primaria del barrio o la localidad donde vive”, indicó el experto. En el nuevo esquema, las EPS serán reemplazadas por gestoras de salud y vida, entidades con un rol distinto al que han desempeñado hasta ahora.
Estas gestoras no organizarán la atención como lo hacían las EPS, sino que únicamente coordinarán el paso de los pacientes entre distintos niveles de complejidad y verificarán las cuentas médicas. “No es el mismo rol de las EPS de hoy”, enfatizó Castaño, advirtiendo que la transición podría generar problemas de fragmentación en la atención.
El impacto en hospitales públicos y la politización del sistema
Otro punto crítico de la reforma es la eliminación del concurso de méritos para los directores de hospitales públicos. “Ahora serán nombrados a dedo, lo que significa que estarán sometidos a intereses políticos”, señaló el experto. Esto supone un retroceso en la lucha contra la corrupción en el sector salud, pues deja en manos de alcaldes y gobernadores la designación de estos cargos estratégicos.
Es un retroceso enorme para un gobierno que prometió cambiar las costumbres políticas del país
Manejo de los recursos: el papel de la Adres
La reforma también cambia la forma en que se administran los recursos de la salud. Actualmente, la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) transfiere fondos a las EPS, quienes a su vez pagan a hospitales y clínicas. Con la reforma, la intermediación de las EPS desaparece, y la Adres será la encargada de pagar directamente a los prestadores de salud.
Si bien el gobierno argumenta que esto eliminará intermediarios y mejorará la eficiencia, el doctor Castaño advierte sobre posibles problemas de sostenibilidad financiera. “Las EPS cumplían una función ingrata, pero necesaria: hacer que la plata alcanzara hasta el final del año. En todos los sistemas de salud del mundo hay alguien que ejerce esa función”, explicó. Sin un ente que administre los recursos de manera estratégica, podrían generarse déficits financieros que afecten la continuidad de los servicios.
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Barreras de acceso y riesgos para los pacientes
Uno de los mayores temores de los expertos es que la reforma genere barreras de acceso para los pacientes. Antes, las EPS llevaban un registro de los usuarios, gestionaban citas médicas y garantizaban la entrega de medicamentos. Con el nuevo modelo, el proceso será diferente: los ciudadanos deberán inscribirse en un CAPS, donde recibirán atención primaria, exámenes y medicamentos.
Sin embargo, el doctor Castaño advirtió que este esquema recuerda al que existía antes de la Ley 100, cuando los centros de atención primaria no contaban con la capacidad suficiente para coordinar el acceso a especialistas y hospitales.
Eso empieza a generar fragmentaciones y barreras de acceso que estoy seguro de que van a ser peores de las que tenemos hoy
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La reforma aún debe ser debatida en el Senado, pero su posible impacto ya genera preocupación en el sector salud.
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