Cómo impulsar las habilidades de los niños en los primeros cinco años de vida
Primeros cinco años son clave: estimular juego, lenguaje y motricidad fortalece habilidades cognitivas, emocionales y sociales de los niños.
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Los primeros cinco años de vida son determinantes en el desarrollo de un niño. Según estudios, el 80% de la capacidad cognitiva se forma durante este periodo, lo que convierte la primera infancia en una etapa crucial para potenciar habilidades cognitivas, emocionales, motoras y sociales.
Aprovechar este tiempo puede marcar una diferencia significativa en el aprendizaje y bienestar futuro de los pequeños.
Una de las formas más efectivas de estimular a los niños es a través del juego y la exploración. Actividades simples como clasificar objetos por colores, escuchar y repetir sonidos, o mover el cuerpo siguiendo instrucciones, contribuyen al desarrollo del pensamiento lógico, la motricidad y la coordinación. Los juegos sensoriales, que involucran texturas, olores y sabores, también ayudan a despertar la curiosidad y la creatividad.
La lectura y la música son aliados fundamentales en esta etapa. Leer en voz alta y cantar canciones con los niños no solo fortalece el lenguaje y la memoria, sino que también genera un vínculo emocional seguro y estable. La interacción constante con los adultos, las preguntas y los estímulos positivos fomentan la confianza y la autonomía, pilares de un aprendizaje saludable.
En este contexto, iniciativas educativas como el programa Little Skills, implementado en instituciones como el Colegio Bureche School de Santa Marta, muestran cómo estas estrategias pueden organizarse de manera efectiva.
El programa combina juego, movimiento y actividades sensoriales, permitiendo que los niños desarrollen habilidades cognitivas, socioemocionales y motrices desde los primeros meses de vida, al tiempo que fortalece la relación con sus padres y cuidadores.
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“Al iniciar su formación desde Little Skills y continuar toda la trayectoria escolar en el mismo entorno, los niños logran una adaptación más amigable, una mayor estabilidad emocional y un sentido de pertenencia duradero. Esto, además, permite a los docentes y familias un seguimiento cercano y personalizado, lo que fortalece la continuidad académica y emocional a lo largo de los años”, explica el directivo de Bureche School.
A medida que los niños crecen, es importante mantener la curiosidad y la exploración. Proyectos creativos, experimentos sencillos y actividades que respondan a sus intereses promueven la integración de lenguaje, pensamiento lógico, motricidad y habilidades socioemocionales. Respetar el ritmo individual de cada niño y ofrecer experiencias variadas garantiza que su desarrollo sea equilibrado y sólido.
Invertir tiempo y atención en la primera infancia no solo mejora el rendimiento académico, sino que también fortalece la seguridad, la confianza y la estabilidad emocional de los niños. Con estrategias sencillas y consistentes, los padres pueden acompañar a sus hijos en la construcción de un futuro lleno de habilidades, autonomía y aprendizaje continuo.