El padre Cirilo, un héroe sin capa para el suroccidente de Barranquilla
El sacerdote holandés lidera la transformación social de este sector vulnerable de la ciudad, al cual llegó hace cuatro décadas.
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Hace 42 años, una mañana calurosa de febrero de 1977, el sacerdote holandés Cyrillus Swine, arribó a Barranquilla luego de una larga travesía en barco desde Ámsterdam que solo tenía a 'La Arenosa' como una corta escala de dos semanas en su camino a Perú, a donde había sido trasaladado por au congregación, los Camilos.
Arena fue lo que encontró cuando lo llevaron a conocer el barrio La Paz, que era el último en los límites de la ciudad y no tenía ninguna vía pavimentada. Arena y Carnaval, porque su llegada ocurrió en medio de las festividades, y fue la alegría de la gente y sus ganas de plantarle cara a la vida, así sea en medio de la miseria, lo que lo motivó a quedarse para siempre.
"Acá lo más importante es que el barrio La Paz ya se quitó ese estigma de zona roja, de guerrilla, de delincuencia, y ya no pide limosna. Ahora aporta en las soluciones para el suroccidente de Barranquilla', comenta el sacerdote.
Más de cuatro décadas después, el padre 'Cirilo', como lo conoce todo el mundo en Barranquilla,es un héroe ya no tan anónimo que ha liderado la transformación del barrio La Paz y de gran parte del suroccidente de Barranquilla.
Lea también: La historia del padre que ganó en Corte tutela para mantener custodia de su hijaAllí fundó un hospital, un centro de atención para ancianos, una casa de la cultura, una biblioteca y fue uno de los gestores del parque Metropolitano, para llevarle recreación a esta zona vulnerable de la ciudad.
"Construyendo una comunidad sana la gente empieza a descubrir sus valores y los valores de los vecinos. Yo no sé hacer nada, no soy experto en nada, lo único que hago es motivar un poco a las personas", dice 'Cirilo'.
En 2013 su nombre fue postulado como uno de los héroes para el premio de la cadena internacional de noticias CNN, pero para él los reconocimientos deben llevárselos los barranquilleros humildes, esos que en su concepto son los campeones mundiales de la improvisación ante los problemas y que nunca se quedan varados.
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